FOTOS | Cuando decidí dejar mi trabajo corporativo para dedicarme al arte culinario, sólo podía pensar en lo que más amaba: cocinar. Pero pronto se volvió claro para mí que dejar la seguridad de una carrera para tomar otra no es tan sencillo.
Emprender con algo que amas hará que trabajes mejor, pero eso no quiere decir que tendrás un negocio rentable. El trabajo duro debe alinearse con las oportunidades correctas y ahí es donde el espíritu emprendedor entra y deja que la pasión forme parte de tu empresa.
Mi viaje por la cocina me ha enseñado innumerables lecciones que van más allá del tiempo y temperatura. Si buscas cambiar el tuyo aquí hay algunas lecciones probadas.