Luis Pacheco Marimon
El impacto económico de la violencia contra la mujer representa un 3.7 % del Producto Bruto Interno (PBI) nacional, una cifra que duplica los efectos de la corrupción en el Perú, que se estima entre el 1 % y el 2 %, según informó la Fundadora de Women Doing Business y docente de Pacífico Business School, Natalia Manso.
Según precisó, un estudio realizado por la Universidad San Martín de Porres (USMP) y la Cooperación Alemana al Desarrollo indica que las empresas y el Estado gastan alrededor de US$ 3,700 millones cada año en atender la violencia de género.
Esto se traduce en gastos en atención médica, asesoría legal, costos por deudas y el costo de oportunidad perdido ante el descenso de los niveles productivos de quienes son víctimas de violencia.
Además, los hijos de las mujeres afectadas por esta problema social también comprenden una afectación al PBI a futuro puesto que suelen tener mayor fracaso escolar y tasa de ausentismo, señala Manso.
De acuerdo a la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), publicada en 2017, seis de cada diez mujeres afirman haber sido violentadas de manera psicológica, física o sexual por parte de sus parejas al menos una vez en la vida.
Cabe destacar que la dependencia económica al hombre representa uno de los principales factores por el que las mujeres deciden no denunciar la violencia de género de las que son víctimas.
-Brecha salarial-
La vulnerabilidad de las mujeres y su impacto económico en el Perú también se ve reflejado por una brecha salarial en la que las mujeres ganan 19.5 % menos que los hombres, según indica el INEI.
Esta diferencia se acentúa aún más en el sector privado, en el que la brecha salarial llega al 30 %, con énfasis en el sector minero (34 %) y agricultura (21 %); mientras que en el sector público se registra un 14 % en la desigualdad remunerativa.
Para Arlette Beltrán, profesora de Economía e Investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, si bien esta situación tiene como punto de partida a los estereotipos de género, también existen otros factores que explican esta brecha.
"Tiene que ver con la acumulación de capital humano. En el caso de las mujeres, a pesar de que las tasas de matrícula (en estudiantes) se ha equiparado, las mujeres siguen alcanzando niveles de educación más bajos porque hay mucha deserción escolar y universitario debido a embarazos o que se tienen que hacer cargo de la casa", puntualiza.
Asimismo, subraya que la elección de carreras es otro factor que amplía la brecha ya que las mujeres tienden a elegir opciones académicas que en la práctica suelen otorgar un menor salario.
-Mujeres trabajan más-
Pese a esta brecha salarial, las mujeres trabajan en promedio cada semana 9 horas y 15 minutos más que los hombres, señala Natalia Manso.
Esto ocurre porque el 70 % de los trabajos no remunerados en el Perú lo realizan las mujeres en actividades como el cuidado del hogar y de los hijos.
Por su parte, Arlette Beltrán destaca que estas horas adicionales de trabajo tienen como resultado una "pobreza de tiempo" que les impide a las mujeres tener una mejor calidad de vida.
De acuerdo a su estudio, "Pobreza de tiempo de las mujeres peruanas: ¿cuánto añade a la pobreza monetaria?", un 37 % de las mujeres carecías de horas para su propio cuidado, mientras que en la población masculina esta cifra solo llegaba al 29 %.
A pesar de las estadísticas mencionadas, es preciso señalar que los mencionados índices de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres han ido disminuyendo en la última década.
Para ambas especialistas, hace falta invertir en una mayor educación para las mujeres, así como promover la diversificación de los estudios y trabajos en los que optan. Además, se deben reforzar las acciones contra la violencia de género, que es por lejos el mayor impedimento de su progreso.