(Bloomberg) Los inversores en oro acertaron con las consecuencias del Brexit pero malinterpretaron la reacción del metal amarillo ante la victoria inesperada de Donald Trump, según un veterano del sector, quien aconsejó precaución por las posibilidades de inflación cuando el nuevo presidente de Estados Unidos ponga manos a la obra.
"El oro reaccionó como se esperaba ante la votación por el Brexit. Pero la respuesta al triunfo electoral de Trump fue totalmente distinta", dijo Jake Klein, presidente ejecutivo de Evolution Mining Ltd., el segundo productor de Australia, con más de 20 años de experiencia en el sector. "Estos acontecimientos colocan a los inversores frente a unas decisiones complejas y, en teoría, a nuevos paradigmas".
El oro ha recibido una sacudida en 2016 por la reacción de los inversores a unos acontecimientos políticos inesperados, así como a una postura de espera de la Reserva Federal respecto a una subida de los tipos de interés en los tres primeros trimestres del año. El oro se apreció después del referéndum británico de junio a favor de abandonar la Unión Europea por las expectativas de una convulsión en los mercados financieros. Sin embargo, tras la victoria electoral de Donald Trump de este mes, sólo ha subido brevemente para después hundirse, contrariamente a las previsiones de los bancos antes de los comicios. Las políticas del nuevo líder electo de Estados Unidos, que ha impulsado a los mercados bursátiles a niveles récord, podrían conllevar riesgos, según Klein.
"Los mercados se alegraron con la victoria de Trump previendo una política de estímulo económico plasmada en una menor regulación, unos impuestos corporativos más bajos y, en teoría, un estímulo fiscal de billones de dólares mediante el gasto en infraestructuras", dijo Klein a los inversores en la junta anual de accionistas de la empresa el jueves. Esta reacción no ha incluido "una preocupación inmediata por el efecto inflacionario de estas políticas".
En contra de los pronósticos
El oro para entrega inmediata se hundió a US$1.181,84 el miércoles, el nivel más bajo desde febrero, según los precios genéricos de Bloomberg, ya que los inversores se centraron en un alza del dólar, unos mercados bursátiles en niveles récord y la posibilidad de un incremento de los tipos de interés. El metal precioso, que este año alcanzó un máximo de más de US$1.375 en julio por la reacción de los inversores al Brexit, se ha desplomado desde el triunfo de Trump, contradiciendo los pronósticos de un alza sostenida.
El indicador de la inflación preferido por la Fed, el índice de gastos de consumo personal del Departamento de Comercio estadounidense, no ha alcanzado el objetivo del 2 por ciento del banco central desde abril de 2012. Algunos inversores ven en el oro una cobertura frente a la inflación ya que éste aumenta de valor a medida que suben los precios.
Tras la anticipada subida de tipos en diciembre, "esperamos que los mercados empiecen a considerar el hecho de que quizás estemos ante la posible implementación de un programa de gastos significativos en Estados Unidos", dijo por teléfono David Lennox, analista de recursos de Fat Prophets en Sídney. "Eso va a generar inflación".