El Ministerio de Energía y Minas (MEM) aprobó, en agosto del 2014, el segundo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la empresa Southern Copper para la construcción del proyecto minero Tía María. Sin embargo, la ONG Cooperacción sostiene que las organizaciones sociales lideradas por las Juntas de Usuarios de la zona de influencia contrataron a una serie de profesionales que formularon observaciones al EIA.
Según indica dicha organización, estos profesionales concluyen que no se levantaron en su totalidad las 138 observaciones emitidas por la Unops al primer EIA, que es la base del segundo, y advierten de riesgos adicionales.
Por ello, Cooperacción señala que no queda claro si pueden convivir en un mismo territorio las actividades económicas actuales del valle (agricultura, ganadería y pesca) y la minería.
Las observaciones que estos profesionales hacen son:
1. Canales de agua
La población del Valle del Tambo necesita del agua del río Tambo y de sus canales para realizar sus actividades. El flujo de agua en el canal La Ensenada-Mejía-Mollendo muestra una tendencia de decrecimiento de 3m3/s, que estaría influenciado por el Proyecto Pasto Grande. En tanto, dicho río tiene altas concentraciones de sólidos suspendidos, cloruros, aluminio, arsénico y plomo en periodos de estiaje, por lo que deviene en agua de mala calidad para el consumo humano y para la agricultura. Agravar esta situación sería un gran problema para el valle. Se debe tener en cuenta que los componentes mineros se ubicarán en varias quebradas: Posco o Rosa María, Salinas, Cachuyo, Chuli, Quialanque y tres quebradas sin nombre.
2. Dirección de los vientos
Además, se indica, están los riesgos de dispersión del polvo, que proviene de un yacimiento con sulfuros, por lo que resulta importante estudiar la dirección de los vientos. Si bien, los vientos en dicha zona van de manera predominante hacia el Nor-Este, esa tendencia varía (hacia el Sur-Este) en las diferentes estaciones del año y entre el día y la noche por la presencia de los vientos locales (brisas marinas). Según se señalan, esto no se encuentra suficientemente estudiado, por lo que las partículas PM10 y PM2.5 podrían llegar hasta el valle y depositarse en aguas superficiales, suelos y cultivos.
3. Ubicación de planta
En las observaciones de la Unops de los numerales 142 y 143, indicó su preocupación por la ubicación de la planta de chancado primario de La Tapada, debido a su proximidad al Valle Tambo y de los depósitos de desmonte de La Tapada y Tía María, ya que se encuentran en una quebrada que incide en el poblado de Cocachacra y sobre el río Tambo, por lo que expresó su preocupación por los posibles cambios en la calidad del aire y recomendó reubicar la planta de chancado primario y el depósito de desmonte del tajo de La Tapada, algo que “solo se movió ligeramente”, señala el listado de observaciones de los especialistas consultados, que dio a conocer Cooperacción.
4. Monitoreo del aire
Por otro lado, cuestionan el número (solo cuatro) y ubicación de las estaciones de monitoreo del aire y muestreos realizados. Estas se encuentran a 400 metros de las oficinas administrativas de la empresa, a 800 metros del poblado de Cocachacra camino al ingenio Obando, a 200 metros de la plaza del poblado La Ensenada y a 100 metros de la orilla del mar, en el área donde se construirá la planta desalinizadora. “No existe estación de monitoreo en el valle, el poblado El Fiscal (algo que fue recomendado por Unops, indican), el poblado de Chucarapi, los tajos, las plantas chancadoras, entre otros, lugares en donde se podrían generar serias afectaciones”.
5. Polvo
Adicionalmente se sostiene que el EIA no toma en cuenta el potencial contaminante del polvo que proviene de un depósito de sulfuros, que podría generar drenaje ácido de roca (DAR) ante neblina estacional o el Fenómeno El Niño. El drenaje ácido de roca tiene el potencial de introducir acidez y metales disueltos en el agua, lo que puede ser perjudicial para los peces y la vida acuática.
6. Depósitos en quebradas
Los depósitos de desmontes provenientes de los tajos La Tapada y Tía María estarán ubicados en la Quebrada Cachuyo, que es perpendicular al río y al Valle de Tambo y en pendiente. Además, el depósito de sulfuros se encuentra aledaño al yacimiento La Tapada, en quebrada y en pendiente, y su drenaje igualmente va en sentido de la pendiente y con dirección al río Tambo. La ubicación de dichos depósitos podría generar drenaje ácido de roca, según una observación de Unops. “Estos depósitos no se han movido de esas quebradas, según lo indica el nuevo EIA, por lo que podríamos decir que la observación de Unops se mantiene”, se advierte.
7. Lluvias
En el EIA también se afirma que no hay riesgo de generación de aguas ácidas porque las lluvias son de tan solo 2.36 mm/año. Sin embargo, se indica, no se toma en cuenta que la humedad relativa de la zona del tajo La Tapada se encuentra entre el 50 a 80% durante el año.
8. Canal La Ensenada-Mejía-Mollendo
Según el documento elaborado por Cooperacción dicho canal está expuesto a caídas de roca en contextos de voladuras simultáneas (en un determinado momento los tajos de La Tapada y Tía María, se explotarán simultáneamente) y de activación de la falla geológica Yanamayo que atraviesa en forma perpendicular el área donde se ubican los dos tajos. Esto no habría sido considerado en la evaluación de los impactos ambientales.
9. La Tapada y Tía María
En dichos yacimientos hay presencia de sulfuros. Cuando se exploten ambos tajos, existe el riesgo de generar aguas ácidas cuando entren en contacto los sulfuros y la napa freática. En promedio desde la cota 229 msnm hacia abajo, el acuífero puede entrar en contacto con la capa de sulfuros del tajo de La Tapada. Unops recomendó en el numeral 185 la cuantificación del potencial de drenaje ácido de roca, cuando los tajos se encuentren explotando las áreas de sulfuros y ripios, y tomen contacto con aguas subterráneas.
10. Aguas subterráneas
Otra preocupación es la posible conexión de las aguas subterráneas de la zona de los tajos con el río Tambo. Señalan que la gran discusión es si el acuífero es fracturado o no.
11. Demanda de agua
En el EIA se menciona una demanda nominal de agua de 847m3/hora y luego se menciona otra de 1049.5 m3/hora, lo que implicará una modificatoria posterior de las plantas desalinizadoras.
12. Desalinizadora
El EIA se aprobó sin que la planta desalinizadora contara con un estudio de ingeniería a nivel de factibilidad que permitiera determinar sus impactos.
La respuesta de Southern
Al ser consultada por Gestion.pe sobre estas observaciones, la empresa Southern Copper aseguró que en su segundo EIA subsanó cada una de las observaciones de la Unops a su primer EIA, puesto que la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros (DGAAM) del Minem lo aprobó en agosto del 2014.
Puedes conocer cuáles son las observaciones planteadas por Unops que la empresa Southern asegura haber subsanado, haciendo clic aquí.