Una de las características extrañas de la globalización es que autocracias como Rusia y China son caldo de cultivo para el surgimiento de multimillonarios.  (Foto: Pixabay)
Una de las características extrañas de la globalización es que autocracias como Rusia y China son caldo de cultivo para el surgimiento de multimillonarios. (Foto: Pixabay)

Rusia es conocida por sus trapecistas. Pocos han dominado ese arte tan bien como Vladimir Potanin, de 61 años y su empresario más rico (su fortuna bordea los US$ 23,000 millones). Tras sobrevivir a la caída del comunismo, participó en el diseño del esquema de privatización que aplicó Boris Yeltsin, y lo usó para tomar posesión de Norilsk Nickel, una de las mayores productoras mundiales de níquel y paladio, en la que mantiene la mayoría accionaria. Es uno de los pocos oligarcas de esa era en prosperar bajo el régimen de Vladimir Putin.