Después de una recuperación económica relativamente rápida en el 2021, hoy las perspectivas son por mucho más moderadas, lo que hace que la dinámica del crecimiento del empleo sea lenta y sin calidad. Por ello, muchas personas no son optimistas frente al escenario actual y se mantienen salarios por debajo de los que se tenían en el 2019, señaló Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores.
Cabe indicar que el 54% de los peruanos dice que sus ingresos económicos son menores que los que tenían en el periodo prepandemia, según muestra la última encuesta urbano-rural de Datum Internacional de abril. Asimismo, se reportó que un 68% señaló sentir temor de perder su empleo o emprendimiento.
“En promedio, los ingresos se pueden ir reduciendo porque se está incorporando cada vez más trabajadores que o son más informales o están en subempleo, en contraste a si hubieran condiciones para un crecimiento más dinámico. Es posible que el porcentaje (en referencia al 54% indicado por Datum) se mantenga en este nivel en el 2022″, dijo Odar a Gestion.pe.
Agregó que la población está un poco pesimista sobre el futuro a la par de expectativas también bajas por el lado empresarial. “Esto puede influenciar en las decisiones de las personas que estén buscando trabajo, los cuales pueden reducir sus pretensiones salariales y finalmente presionar abajo el promedio de remuneraciones”, puntualizó.
Mencionó, además, que debido a los niveles de inflación registrados hasta marzo, los peruanos, en promedio, han perdido 1.5% de su poder adquisitivo, y que se espera que hacia el final del 2022 la pérdida sea de 4.4%. A manera simple, si se gana S/ 2,000 hacia fines del 2022, estos serían S/ 1,912 a precios del 2021.
“La inflación ya impacta en la capacidad de compra de las personas. Si no hay una generación dinámica y de calidad en el empleo entonces las remuneraciones estarán deprimidas. Los salarios nominales están en promedio hacia la baja por lo que, considerando la inflación, en términos reales se reduce. Hay un efecto real negativo generado por el tipo de generación de empleo que tenemos actualmente”, afirmó.
Por su parte, Walter Leyva, docente de postgrado de Esan, indicó que el escenario de inflación, protestas y gestión del gobierno, promueven un sentimiento de mayor pesimismo por el lado de la población y empresas, lo que incide en la demanda por trabajo y presiona a la baja los salarios.
Asimismo, mencionó que medidas de poco impacto como el aumento del salario mínimo suman a “un contexto más duro” para la mejora de la actividad económica y generación de empleo.
“El crecimiento que se ha venido teniendo en el empleo es en el sector informal, y el aumento de la remuneración mínima no ayuda a que esto cambie. Se suma que el trabajador percibe mucho más temor por mantener su empleo debido al actual contexto social, de inflación y político, y ello está en contra de las remuneraciones. Se tienen que revisar decisiones de orden político, que es el factor que se puede controlar”, indicó.
En corto
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el año 2021, la población ocupada del país alcanzó los 17′120,100 personas, cifra mayor en 14.9% comparado con el 2020 (variación de 2′218,300 personas). Sin embargo, con respecto al 2019 hubo una variación negativa de 0.1%.
De manera desglosada, la población con empleo adecuado fue de 8′532,000 personas, la cual, comparada con el año anterior tuvo un aumento de 25.8%. En contraste, la población subempleada alcanzó a 8′588,100 personas, cifra que creció en 5.8% (469,900 personas) frente a la cifra del 2020.