Con la llegada de la pandemia, en marzo de este año, las empresas optaron por mantener a sus trabajadores en actividad desde casa, pues las condiciones obligaban a evitar las aglomeraciones y a guardar el confinamiento. Con ello, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) creó una nueva modalidad denominada el trabajo remoto, una versión más flexible del teletrabajo.
“Hay que distinguir entre dos instituciones, por un lado, el trabajo remoto, que se ha establecido para este contexto de la pandemia, y el teletrabajo. Cada una tiene su norma. El trabajo remoto recién se crea con este decreto de urgencia que ha venido desde el 15 de marzo y el teletrabajo es una institución que viene desde mucho antes. El trabajo remoto es una modalidad más flexible que el teletrabajo y tiene características particulares”, señala Alicia Jiménez, asociada principal del área laboral de Philippi, Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría.
En primer lugar, explica Jiménez, el trabajo remoto se aplica por decisión de una empresa y no hay negociación entre las partes, a diferencia del teletrabajo, que obliga a la firma de un acuerdo entre empleador y trabajador. Y es que hay una diferencia fundamental en estas dos figuras en cuanto a los costos de la modalidad y a quien los asume
“En el trabajo remoto no hay una etapa de negociación entre las partes. La norma ha dejado abierta la posibilidad de que las partes se pongan de acuerdo en cómo van a asumir los costos en caso sea necesario. No lo impone como una obligación, sino como una posibilidad. En el teletrabajo si hay una obligación. Ya sea que el empleador brinde una computadora. Es obligatoria la compensación o el reembolso al trabajador. Justamente el trabajo remoto, al tener un esquema más flexible, atiende esta situación de emergencia y no ha puesto estas limitaciones porque hubiera sido complicado que las empresas hagan un contrato. El teletrabajo no era viable, mientras que el trabajo remoto apela mucho al entendimiento para sobrellevar esta situación de emergencia”, explica la abogada laboralista.
Setiembre, mes clave para el trabajo remoto
Sin embargo, el trabajo remoto no será permanente para todo el año. Alicia Jiménez, asociada principal del área laboral de Philippi, Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, señala que esta modalidad solo podrá utilizarse hasta el próximo 7 de setiembre, pues ese día está prevista la culminación de la emergencia sanitaria.
“Hasta el momento tenemos la posibilidad de utilizarla hasta el próximo 7 de setiembre en tanto dure la emergencia sanitaria. Cuando acabe, y si no se extiende, tendríamos que volver al teletrabajo, que es una figura con mayores requisitos, que necesita un contrato firmado y un convenio entre las partes. Si no hubiera ampliación, las empresas que decidan continuar con sus trabajadores laborando desde casa tendrían que migrar al teletrabajo”, señala Jiménez.
En ese sentido, explica que, con ello, las empresas obligatoriamente deberán asumir los costos extras como subidas de tarifas eléctricas, tarifas de internet o tarifas telefónicas que se utilizan para la realización del trabajo.
“Los gastos en los que incurran el trabajador tienen que ser asumidos por la empresa y a falta de acuerdo, se debe establecer el estándar o un comparativo con el mercado”, mencionó la abogada.