En esta fotografía tomada el 8 de marzo de 2023, pasajeros caminan en una terminal del Aeropuerto Internacional George Bush (IAH) en Houston, Texas. (Foto de Daniel SLIM / AFP)
En esta fotografía tomada el 8 de marzo de 2023, pasajeros caminan en una terminal del Aeropuerto Internacional George Bush (IAH) en Houston, Texas. (Foto de Daniel SLIM / AFP)

Dos años después de que la inflación iniciara su rápido ascenso, inversores, economistas y responsables monetarios siguen divididos sobre el camino a futuro.

Sí, la general en las principales economías desarrolladas ha retrocedido desde máximos de varias décadas, los impulsos inflacionarios del COVID-19, como la subida vertiginosa de los precios de los automóviles usados y los semiconductores, están desapareciendo, y la crisis del gas en Europa ha remitido.

Pero los mercados laborales están ajustados y las presiones sobre los precios, excluidos los volátiles de la energía y los alimentos, siguen siendo elevadas.

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Es mucho lo que está en juego para los responsables monetarios y los operadores, que se han equivocado una y otra vez con la inflación.

Aquí argumentos a favor y en contra de que la inflación descienda rápidamente hacia el nivel del 2%, objetivo de la mayoría de los bancos centrales.

ARGUMENTOS A FAVOR DE UN RÁPIDO RETROCESO

1- PRECIOS DE LA ENERGÍA

La caída de los precios de la energía frena la inflación general. Con los precios del gas natural en en su menor nivel desde agosto de 2021, un 85% por debajo del máximo del año pasado, la inflación de la zona euro ya no es de dos dígitos.

La inflación estadounidense marcó un 6.4% en enero, el menor avance desde octubre de 2021, desde el máximo del 9.1% alcanzado el pasado mes de junio.

La reapertura de China ha impulsado los precios del petróleo. Pero a 83 dólares el barril, el crudo Brent sigue estando un 40% por debajo de los 139 dólares alcanzados justo después de la invasión a Ucrania. Debería alcanzar un promedio de 89,23 dólares este año, según un sondeo de Reuters.

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2- LAS CADENAS DE SUMINISTRO SE ASIENTAN

Las interrupciones de la cadena de suministro causadas por el COVID-19 y la guerra en Ucrania, motores clave del aumento de la inflación, han remitido bruscamente.

Un índice de la sugiere que las cadenas de suministro mundiales han “vuelto a la normalidad”, ya que las presiones son las más bajas desde antes de la pandemia, siendo la reapertura de de las estrictas restricciones del COVID-19 la última fuente de mejora.

3- ¿QUÉ ESPIRAL DE PRECIOS Y SALARIOS?

Sí, los mercados laborales están tensos. Pero el índice de costos laborales que vigila la Fed se está ralentizando y registró en el cuarto trimestre su menor subida en un año.

“Si se trata de una economía en fuerte crecimiento, en la que la demanda de trabajadores supera con creces a la oferta, es de esperar que los salarios y los costos laborales aumenten”, afirma James Knightley, economista jefe internacional de ING.

Incluso los “halcones” de los bancos centrales, como el alemán Joachim Nagel, aceptan que no se está desarrollando una espiral de precios y salarios. Por el contrario, las utilidades empresariales han representado la mayor parte de las presiones internas sobre los precios de la zona euro desde 2021, según muestran datos del BCE.

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Un reciente estudio del FMI que se remonta a la década de 1960 concluyó que sólo en una pequeña minoría de casos en los que los salarios y la inflación aumentaron a la vez durante varios trimestres se produjo una inflación sostenida.

ARGUMENTOS A FAVOR DE UNA INFLACIÓN PEGAJOSA

1- LECCIÓN DE HISTORIA

Desde 1970, cuando los precios subieron un promedio del 8% en 14 mercados desarrollados, la inflación tardó al menos seis años en volver al 3%, según un análisis de Research Affiliates.

Datos de la London Business School muestran que la inflación en 21 países desde 1900 se disparó durante las guerras y las crisis energéticas, y luego fue seguida por una serie de picos más pequeños en lugar de una clara trayectoria descendente.

Según una encuesta de Reuters, la inflación general en se situaría en el 2.7% a finales de 2023, con estimaciones de hasta el 4.6%. La inflación de la zona euro se ubicaría entre el 2% y el 5.2% a finales de año.

2- DÍA DE PAGO

La rigidez del mercado laboral estadounidense sugiere que la inflación se mantendrá estable. Recordemos que la creación de 500,000 nuevos puestos de trabajo en enero provocó un nuevo aumento de las apuestas sobre alzas de tasas de interés. Puede que las subidas salariales no estén impulsando la inflación ahora, pero el riesgo es que lo hagan. Las expectativas de crecimiento salarial de los consumidores de la zona euro siguen aumentando, según los datos del BCE.

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Las autoridades del BCE han afirmado que, si persiste la elevada inflación, es más probable que se exijan salarios acordes con la inflación. En febrero, los responsables de la Reserva Federal consideraron que el crecimiento salarial mantenía elevados los precios de los servicios.

3- FACTOR CHINA

La reapertura económica de se sumará a las presiones mundiales sobre los precios a medida que el comercio y los viajes impulsen la demanda del mayor comprador de materias primas del mundo.

Idanna Appio, gestora de carteras de First Eagle Investments, afirma que el impacto en los precios de la energía aún no se ha dejado sentir del todo, y que aumentará a medida que vuelvan los viajes chinos. Analistas encuestados por Reuters esperan que China importe una cantidad récord de crudo en 2023. Las fábricas chinas siguen avanzando. La actividad manufacturera de febrero aumentó al ritmo más rápido en más de una década.

Fuente: Reuters