Las proyecciones económicas actualizadas dadas a conocer esta semana por la Reserva Federal parecieron incorporar un supuesto que llamó la atención: la inflación resurgirá a fines de este año.
Las proyecciones trimestrales mostraron que los funcionarios de la Fed ahora esperan que la llamada inflación básica, que excluye los precios de los alimentos y la energía, termine este año en torno al 4.8%, frente al 4.5% que pronosticaron en septiembre. Sin embargo, los economistas de Wall Street consideran que esta cifra es demasiado alta tras la publicación el martes por parte del Departamento de Trabajo de una cifra sorpresivamente baja de los precios al consumidor, a pesar de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que estaba reflejada en las proyecciones.
Es una pregunta importante porque Powell citó específicamente el punto de “despegue” más alto para la inflación este año como una de las razones de la sorprendente actualización de donde los funcionarios de la Fed estiman que se ubicarán los precios a fines del 2023. Esa perspectiva, a su vez, condujo a una fuerte revisión al alza de su trayectoria proyectada para las tasas de interés.
Así pues, los próximos dos informes de inflación serán decisivos.
“Para alcanzar sus proyecciones del 2022, implícitamente tienen que contar con cifras de inflación extremadamente sólidas para diciembre”, dijo Alan Detmeister, economista de UBS Securities.
El informe del martes mostró que el índice de precios al consumidor, excluidos alimentos y energía, subió solo un 0.2% el mes pasado, por debajo de la mediana de las estimaciones de una encuesta de Bloomberg. La Fed establece sus proyecciones, y su objetivo del 2%, en función del índice de precios de gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio, cuyos datos de noviembre se publicarán recién el 23 de diciembre.
Aun así, los analistas se apresuran a elaborar estimaciones de la inflación del PCE una vez que se publican los datos del IPC, porque ambas medidas utilizan muchas de las mismas fuentes de información subyacentes.
Los economistas de JPMorgan, por ejemplo, estiman que los precios del PCE subyacente probablemente aumentaron alrededor de un 0,1% en noviembre, basándose en el informe del IPC y en otro informe Departamento del Trabajo sobre los precios al productor.
En octubre, los precios del PCE básico subieron un 0.2%. Si se combina la cifra real de octubre con la estimada de noviembre, la cifra de diciembre tendría que romper la tendencia a la baja de los últimos meses.
En concreto, un incremento del 0.1% en noviembre requeriría un aumento del 0.7% de los precios básicos en diciembre para que la Reserva Federal alcanzara su cifra del 4.8% para el año. Incluso un aumento considerable del 0.4% en diciembre podría traducirse en solo un 4.6% para la cifra anual.
Aunque nadie sabe qué mostrarán los datos de diciembre, que no se publicarán hasta finales de enero, “se necesita una historia real” para llegar a ese tipo de cifras, dijo Steven Englander, jefe de investigación global de divisas G10 y estrategia para Norteamérica de Standard Chartered Bank.
Y dada la forma en que la inflación de los bienes se ha ido enfriando y la inflación de la vivienda está cada vez más cerca de desacelerarse, “si Powell pensaba que eso iba a suceder, creo que le habría correspondido decir, no se dejen engañar porque diciembre va a ser increíble”, dijo Englander.
Detmeister, quien pasó 15 años en la Fed antes de ingresar a UBS, dijo que el informe del IPC de noviembre publicado el martes, 90 minutos antes de que la Fed comenzara su reunión de política de dos días esta semana, probablemente no llegó a tiempo para que los funcionarios de la Fed ajustaran sus pronósticos, a pesar de la insistencia de Powell en que así fue.
“Nunca se da el caso” de que las proyecciones “no reflejen un dato importante que se entregó el primer día de la reunión”, dijo Powell durante una conferencia de prensa el miércoles.