Si bien la apertura de la segunda temporada de pesca de anchoveta en Perú hace prever a la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) que podría reactivar la industria de harina y aceite, que genera el 1.5% del producto bruto interno (PBI) del país, los economistas están menos entusiastas sobre su impacto en la manufactura y en la economía en general.
El 22 de este mes el Ministerio de la Producción (Produce) autorizó el inicio de dicho periodo de captura industrial de anchoveta en la zona norte-centro del litoral, a partir de hoy jueves 26 de octubre, con una cuota de 1.6 millones de toneladas métricas (TM).
Un análisis de la SNP estimó recientemente que abrir una ventana de pesca por 45 días, permitiría el desembarque de 1.2 millones de TM, lo que equivaldría a casi US$ 800 millones en exportaciones durante el cuarto trimestre.
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Ello, además, proyectó, generaría cerca de 600 puestos de trabajo, la activación de compras por S/1,350 millones en adquisiciones a la cadena de valor en ciudades pesqueras, y S/619 millones en compras a micro y pequeñas empresas, lo que podría reactivar la economía.
Hay que recordar también que el 17 de octubre, Produce autorizó el inicio de una pesca exploratoria en la misma zona, para determinar que (con miras a la segunda temporada) hubiera una segregación espacial entre la anchoveta adulta y los ejemplares juveniles (cuya pesca está prohibida).
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Pesca no empieza con buen pie
Cuatro días después de que Produce diera luz verde al inicio de una pesca exploratoria, declaró una veda (desde el 22 de este mes hasta culminar dicha pesca exploratoria) en zonas donde detectó alta incidencia de juveniles de esa especie.
Esa veda comprende diversas zonas entre Puerto Malabrigo y Virú (Trujillo), y frente a Barranca, al norte de Lima, que forman parte de la zona de pesca norte centro del litoral.
Además, según cifras del sector pesquero, entre el 21 y el 24 de octubre se extrajo 102,878 TM en la jornada exploratoria (cantidad que es a cuenta de la cuota para la segunda temporada), pero con incidencias de juveniles (en el volumen capturado) entre el 24% al 72%.
Condiciones
Expertos como Luis Icochea, especialista en oceanografía pesquera, han estimado que si bien habría hoy condiciones oceanográficas propicias para la pesca, éstas se mantendrían solo hasta diciembre próximo.
Ello, por cuanto -según el también investigador de la Universidad Nacional Agraria La Molina-, la temperatura del mar se podría incrementar en el verano más de lo normal, debido a El Niño global, lo que suele alejar el recurso de las zonas usuales de pesca industrial.
¿Qué dicen los economistas?
Para Luis Arias Minaya, exdirector y vicepresidente del BCR, hoy se mantiene la incertidumbre respecto al resultado que podría tener la segunda temporada de pesca, pues no se sabe qué volumen se podría extraer ni cuanto podría durar ese periodo.
En cualquiera de los casos, el economista estimó que la producción de la pesca industrial, si bien podría tener un efecto importante en la manufactura primaria (producción de harina y aceite), no lo tendría en el sector manufactura en general.
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Recordó que la manufactura primaria no tiene un peso tan grande en el PBI, por lo que insistió que esa actividad tendría un impacto marginal en los resultados de la manufactura y de la propia economía.
Lo que probablemente se vea, consideró, es un efecto de tasas positivas en el periodo octubre-noviembre 2023, en comparación a igual lapso del 2022, considerando que en octubre del año pasado no hubo pesca.
“Probablemente en octubre tengamos un efecto positivo en el PBI, pero nada que mueva la aguja del PBI anual”, concluyó, estimando que el producto bruto interno, con suerte, podría crecer 0% este año.
No revertiría dinámica del PBI
El economista Juan José Marthans, coincidió en que la reapertura de la pesca industrial puede compensar parcialmente, pero no totalmente a la manufactura (primaria), y recordó que la pesca no tiene el mismo peso relativo en ese segmento, como lo tiene la minería.
“Por esa misma menor ponderación, el impacto rebote de la apertura de una nueva campaña de pesca no necesariamente va a tener gran repercusión en lo que significa la necesidad de revertir la dinámica del PBI para el cierre de este año y del próximo”, aseveró.
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Observó que, si la producción minera no hubiera crecido este año (la explotación de cobre aumentó en 18.1% de enero a agosto), sería peor la situación en términos de contracción del PBI el 2023.
“El problema es que para el 2024, el efecto Quellaveco va a tender a reducirse porque al no haber nuevos proyectos de inversión (en minería), con posibilidad de impulsar la recuperación del PBI, este va a tender a caer”, advirtió. A ello le sumó el estancamiento del sector comercio.
Gremio pesquero
Jesús Véliz, presidente de la Asociación de Conserveros del Perú, consideró que si se logra pescar la cuota asignada ahora por produce (1.6 millones de toneladas), se podría reactivar el sector pesquero, y las industrias vinculadas (a la manufactura no primaria).
La referencia, según indicó, es a que, la apertura de una ventana para la pesca, no solo serviría para la industria de harina y aceite, sino también para la dedicada al consumo humano directo.
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En el primer caso, estimó que se podría exportar más de US$ 900 millones en harina y aceite, lo que además permitiría reactivar los puestos de trabajo en zonas como Chimbote, Chicama, Supe, Chancay, Chincha, entre otros, que quedaron paralizados por suspensiones temporales de la pesca, y despido de trabajadores.
En el caso del consumo humano directo, consideró que se favorecería, porque se podrá determinar la ubicación de los cardúmenes del recurso, lo que facilitaría su captura por la flota de menor escala y artesanal que pueden pescar fuera de las 3 millas del litoral.
Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP.