Uno de los retos más grandes que tendrá el nuevo Gobierno será reducir la pobreza (monetaria) en el país. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dio a conocer que -en promedio- en el 2020, los peruanos pobres representaban el 30% de la población total (10 puntos porcentuales por encima del 2019).
Pero, al ser un promedio (en un año con un contexto totalmente diferente), no refleja la situación actual. Al desagregar por trimestres, la pobreza se disparó entre abril y junio del 2020, pero en el último tramo de ese año, esta se ubicó entre 23% y 26% (ver gráfico); y así se mantendría en el 2021.
“En el 2021, el 24% de la población estará en situación de pobreza, porque ahí es donde más o menos se ha estabilizado la cifra hoy. Lo que nos preocupa es ¿cuánto más de ese 24% se puede reducir? A fines del 2021 no se va a revertir completamente”, dijo Álvaro Monge, socio y gerente general de Macroconsult.
¿Cuánto tomaría volver a los niveles precovid (20.2% como en el 2019) o incluso reducir más la cifra? En un análisis de Macroconsult, se abrieron varios escenarios: en uno de ellos, si se alcanza un crecimiento nulo del PBI (0%) -es decir, la economía se estanca-, el 27% de la población estaría en condición de pobreza al cierre del nuevo Gobierno, 3 puntos porcentuales encima del nivel actual.
Otros escenarios
La consultora también analiza otros dos escenarios, uno muy positivo, en el que si la economía crece a ritmo de 6% entre 2022 y 2026 (cercano al del decenio 2006 - 2015), en cinco años la pobreza alcanzaría una tasa cercana a 14%.
Y si la economía se expande 3.5% desde el 2022, la tasa de pobreza alcanzaría los niveles precovid en el 2025; y al finalizar el próximo gobierno (2026) se ubicaría en 19%.
“Solo si el nuevo Gobierno se vuelve activo con políticas distributivas y redistributivas, esto podría agregarle 2 puntos adicionales a cada escenario. Es decir, la capacidad de hacer política redistributiva, con un crecimiento de 3.5%, nos ayudaría a converger a algo más cercano a 17% (de peruanos pobres)”, refirió.
La evolución de la pobreza puede verse como el resultado de dos efectos simultáneos, explica el análisis de Macroconsult. Uno llamado efecto crecimiento, referido al aumento (o caída) en la capacidad de compra de las familias en un periodo. Y otro es el efecto distribución, que más bien hace referencia a si dichas variaciones afectan más (o menos) proporcionalmente a los más pobres.
A nivel nacional entre 2019 y 2020 el efecto crecimiento (10.5 puntos porcentuales) explica completamente el aumento de la pobreza y fue levemente atenuado por el efecto distribución (-0.5 puntos porcentuales).
Estructural y coyuntural
Aunque las cifras se ciñen a la pobreza monetaria, esta condición se puede medir también por necesidades básicas insatisfechas (NBI). Si se conjugan ambos indicadores, podemos reconocer pobreza inercial (pobre por NBI y no pobre monetario), coyuntural (no pobre por NBI y pobre monetario) y estructural (pobre por NBI y pobre monetario).
“Lo que se ha incrementado más son los pobres coyunturales, hogares que han tenido restricciones de liquidez”, refirió Yohnny Campana, asociado de Macroconsult. De hecho, agregó, la pobreza crónica no es una variable que se mueva mucho (ver gráfico).
Monge y Campana subrayaron que el reto estará, justamente, en lograr que las personas que cayeron en condición de pobreza por la coyuntura puedan salir rápidamente y no pasen a ser pobres estructurales.
“El crecimiento es el primer determinante de la reducción de la pobreza, pero -en medio de la coyuntura actual- el empleo ha reaccionado un poco lento. Por eso hay espacio para la generación de empleo temporal”, puntualizó Campana.
Se necesitan señales claras para disipar incertidumbre
Álvaro Monge, socio y gerente general de Macroconsult, señaló que la política más importante para reducir la pobreza en el país es que la economía crezca de manera vigorosa, y eso “va a depender de señales claras para disipar la incertidumbre en el sector privado y retomar las sendas de crecimiento”.
“El contexto mundial (...) esos vientos están a favor de la economía peruana. Lo mejor que podría hacer el Gobierno es disipar este clima de inestabilidad para que el PBI empiece a crecer a tasas importantes. Con eso, ya tienes el 50% del partido ganado”, anotó.
A eso se debe sumar -mencionó- la acción del Gobierno para que pueda implementar las políticas distributivas y redistributivas correspondientes. Aun así, remarcó que hay que tomar en cuenta una restricción: la fiscal.