Las adversidades sanitarias, políticas y climatológicas que afrontaron familias y empresas en el país en los últimos tres años, obligaron a las autoridades a activar medidas de alivio para evitar que la situación financiera de los afectados se agravara.
En pandemia, el Gobierno dispuso la reprogramación de los créditos contraídos en el sistema financiero de aquellos deudores que, ante la suspensión obligada de actividades, quedaron en la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones con la banca.
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A marzo del 2023, las reprogramaciones por la crisis sanitaria aún tenían un saldo pendiente de pago de S/ 11,734 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Luego, a fin del 2022, en medio de la vorágine política que sucedió al cambio presidencial, el Ejecutivo autorizó la reprogramación de préstamos de personas y mypes cuya actividad económica se perjudicó por las paralizaciones y bloqueos desencadenados por las protestas sociales.
Un tercer programa de facilidades de pago se dio con la irrupción de Yaku, anomalía climatológica que, sobre todo en el norte y centro del país, afectó la producción y comercialización, y limitó la capacidad de pago de los deudores.
En estas tres ocasiones, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) emitió las normas de reprogramación respectivas, consistentes en periodos de gracia y extensión de los plazos de pago originales de los créditos con dificultades.
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¿Qué causa los problemas de pago de los créditos reprogramados este año?
La recalendarización de los pagos de deudas dispuestos en el presente año por los conflictos sociales y distorsiones climáticas, afrontan problemas, según las instituciones financieras.
“Al vencerse estas reprogramaciones, el comportamiento de pago de los clientes está siendo peor de lo esperado”, manifestó la directora financiera de Interbank, Michela Casassa, en el foro Inside Latam: Perú 2023, organizado por Moody’s.
Hay mayor dificultad en los pagos de los créditos reprogramados por familias y pequeñas empresas, en el contexto de menor crecimiento de la economía, agregó.
En este escenario, observa un incremento adicional de la morosidad de los créditos, indicador que denota un avance gradual en el año.
Las reprogramaciones por la conflictividad social comprenden préstamos por S/ 2, 675 millones, con preponderancia en las regiones del país, que soportaron las más intensas protestas. Y los aplazamientos de pago solicitados por los deudores a raíz de la crisis climatológica alcanzan los S/ 320 millones.
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¿Cómo afectan las menores ventas a las empresas con deudas?
Otras entidades financieras habían advertido que la mora vinculada a las deudas reprogramadas en los primeros meses del año sería más notoria justamente luego de julio.
Explican que la débil demanda se traduce en menores ventas de las mypes, que a su vez complican el cumplimiento de sus obligaciones con proveedores y el sistema financiero.
El problema se exacerbó porque las campañas comerciales grandes del 2023 (escolar, del Día de la Madre y Fiestas Patrias) generaron menores ingresos que los proyectados por los negocios.
Grace Reyna, analista del sistema financiero de Moody’s Local, sostiene que, con el impacto previsto del Fenómeno de El Niño -a fines de este año y principios del próximo-, que afectará colocaciones de créditos y cobranzas, se puede hacer refinanciaciones y reprogramaciones por adelantado.
La región más afectada por los efectos climatológicos fue el norte, donde se reprogramó créditos por S/ 121 millones (38% de estas recalendarizaciones).
Las cajas municipales tienen los mayores niveles de reprogramación (2.4% de su cartera de créditos) por la conflictividad social en los primeros meses del año, debido principalmente a su elevada exposición a los créditos a mypes en el sur del país, según el BCR.