(Foto: AFP)
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Representantes de los 164 miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) inician mañana (miércoles) un encuentro a nivel ministerial para estudiar limitaciones a los subsidios globales a la pesca, tras 20 años de arduas negociaciones que la OMC quiere culminar con un acuerdo internacional en diciembre.

No será una tarea fácil, ya que sigue habiendo muchas divergencias sobre qué subsidios prohibir y los países en desarrollo piden un tratamiento diferenciado que las potencias desarrolladas aún quieren matizar.

De hecho, se había fijado el año 2020 como fecha límite para lograr un acuerdo, pero la pandemia del COVID-19 retrasó las negociaciones y éstas continúan a lo largo de este año.

Aunque no se espera que en la reunión de mañana se logre un acuerdo, si se busca allanar el camino para conseguirlo en la próxima reunión ministerial de la OMC, que se celebrará del 30 de noviembre al 3 de diciembre, también en Ginebra.

El debate sobre los subsidios, que se inició en el 2001 con la agenda de Doha y tiene vertientes económicas pero también medioambientales, busca prohibir las ayudas que fomentan prácticas ilegales y la , algo que amenaza la conservación del medio marino.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura () calcula que un 34% de los caladeros mundiales sufre la sobrepesca, más del triple que hace medio siglo, lo que pone en peligro un sector en el que trabajan 39 millones de personas en todo el mundo.

El embajador colombiano ante la OMC, Santiago Wills, preside las negociaciones y en su último borrador de acuerdo, presentado en junio, introdujo novedades como la propuesta de un periodo de “tregua” de dos años en el que la prohibición de subsidios no se aplique a países en desarrollo, aunque ello no contenta a todos.

Es el caso de la Unión Europea, que acude a estas negociaciones como bloque y tiene a como principal potencia pesquera: fuentes de los Veintisiete ven “un sinsentido” que haya grandes exenciones para los países en desarrollo siendo que 12 de los 20 con más capturas pesqueras en el mundo pertenecen a ese bloque.

China, clave en el debate

Los tres países que más pescan, por ejemplo, son , Perú e Indonesia, considerados economías en desarrollo, mientras que Rusia se sitúa en cuarto lugar, Estados Unidos en el quinto y España ocupa la decimonovena posición.

Las negociaciones podrían complicarse todavía más y tomar connotaciones políticas, ya que Estados Unidos quiere introducir una vertiente social al posible acuerdo y ha pedido que se busque con él sancionar el uso de mano de obra forzada en la pesca, algo de lo que Washington acusa a empresas pesqueras chinas.

Pese a las dificultades, existe cierto optimismo de cara a las negociaciones, ya que según los observadores la está presionando como nunca para alcanzar un acuerdo, algo que también beneficiaría a su imagen, después de dos décadas sin que se hayan firmado grandes pactos comerciales en el seno del organismo.

Muchos coinciden en que la llegada a la dirección general de Ngozi Okonjo-Iweala, empeñada en conseguir que la OMC sea más dinámica y recobre su papel mediador, puede ayudar a que se alcance el acuerdo.

Uno de los puntos más espinosos para lograrlo, sin embargo, es el de los subsidios a los carburantes, que organizaciones medioambientales piden eliminar pero que en muchos países, sobre todo para pequeñas empresas pesqueras, son claves para su continuidad económica.

Prohibir estas ayudas al gasóleo, algo a lo que en principio se oponen tanto España como la UE, puede incrementar los costes de las empresas pesqueras e incluso causar que algunas sean inviables, dejando con ello a muchos pescadores sin sustento y elevando la conflictividad social en el sector, advierten los observadores.

Pesca en aguas internacionales, en el punto de mira

Otro punto a debate, y solicitado por organismos ambientales, es si prohibir los subsidios de un país a la pesca que se realiza en aguas internacionales y no reguladas por una organización regional de pesca, donde más difícil es controlar las prácticas ilegales y la sobrepesca.

Ello podría frenar prácticas muy criticadas como la pesca de faeneros chinos en aguas próximas a las ecuatorianas Islas Galápagos, un santuario de la biodiversidad que se teme podría estar en peligro por ello.

En cierto modo las negociaciones se asemejan a las que durante años han tenido lugar para conseguir una reducción de emisiones para frenar el , aunque aquí se trata de frenar la pesca no sostenible para evitar la desaparición de especies en los océanos.

En ambos casos hay un debate claro entre países desarrollados y en desarrollo: los primeros defienden que una limitación de los subsidios no ayudará a las especies marinas si potencias como China quedan fuera de las medidas.

Los países en desarrollo, por su parte, aseguran que quienes han dejado los caladeros sin peces son las grandes compañías pesqueras de los países ricos.

Debido a la pandemia del , las negociaciones se conducirán de manera virtual, y en tres sesiones distintas para acomodarse a la diferencia horaria entre Asia, Europa y América.

La OMC calcula que cada año se dan subsidios a la pesca por valor de entre US$ 14,000 millones y US$ 54,000 millones.