La noticia que se recibió en la víspera no es alentadora para el país, ni el impacto que se podría generar en el costo de financiamiento del país. El Perú recibe la primera rebaja en la calificación crediticia en el Perú en 20 años, que desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se indicó que se trata de solo un ajuste. Al respecto, Jaime Reusche, vicepresidente senior de Moody’s Investors Service, comenta sobre las condiciones de esta rebaja, los riesgos latentes y las oportunidades perdidas.
Aunque ya lo venían indicando ¿Cuál fue la gota que derramó el vaso para determinar que era momento de una rebaja en la calificación crediticia?
Hubo bastante inestabilidad al comienzo del Gobierno, tanto así que mucha gente dentro de Moody’s empezó a preocuparse fuertemente. Y, por otro lado, hubo un debate interno sobre si esperar, darle el beneficio de la duda al Gobierno porque recién comenzaba, o si había que actuar porque esto se iba por la borda. Poco a poco empezamos a conversar con las autoridades, por supuesto que esto teníamos que hacerlo porque no podemos ser muy impulsivos, estuvimos en contacto con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Banco Central de Reserva (BCR), y al final concluimos lo que ya había estado adelantando antes, que este tipo de transición tan desordenada por parte del Gobierno no es propio de un país con calificación A3. Era prácticamente unánime que el Perú perdía ese perfil de A3, y empezaba a asemejarse a los otros países con calificación de Baa3 de Latinoamérica.
Otorgan al Perú una perspectiva estable, ¿es lo que esperaban?
Lo que más debate generó fue la perspectiva, si debía ser negativa o estable, y hemos concluido que -por el momento- es estable, pero es un “estable muy tenue”, y mencionamos en el comunicado de prensa muchos de los riesgos que vemos que podrían muy rápidamente conllevar una perspectiva negativa.
¿Qué llevaría a un cambio en la perspectiva de estable a negativa, siendo en el primer paso para una nueva rebaja en la calificación?
El primer riesgo tiene nombre y apellido: la Asamblea Constituyente, que haría cambiar la perspectiva de estable a negativa. Es algo que tenemos que monitorear. Influyó que (la perspectiva) sea estable ahora y no negativa porque vemos que hay ciertas limitantes legales, políticas e institucionales a que se lleve a cabo la Asamblea Constituyente. Naturalmente, los riesgos hablan por sí solos cuando se trata de una Asamblea Constituyente: incertidumbre en cuanto al marco legal, político y el modelo económico. Lo estamos empezando a vivir en Chile y se podría dar con un ruido más intenso en el Perú, aunque lo que vemos es una baja probabilidad que ocurra.
¿y, desde el punto de vista económico?
Es el segundo riesgo, el desvío sobre la trayectoria fiscal. Si el crecimiento no es tan favorable o auspicioso como lo ve el Gobierno en los próximos años se generan riesgos que no se den las metas fiscales de mediano plazo. Son cosas que tenemos que monitorear. Y por supuesto, están las piezas que se mueven desde el lado político. Si vemos cambios de las autoridades económicas o que se afecta su independencia, eso también puede llevar a una perspectiva negativa.
Se ha criticado que el MEF plantee reglas fiscales de un año, para el año 2022, y no una trayectoria sobre lo que será en los próximos años…
En ese caso, entendemos por qué se hizo. El Gobierno recién comenzaba, tenía que dar alguna señal de claridad de cuál era la trayectoria fiscal y se adopta una medida de corto plazo, pero que eventualmente creemos se va a trabajar con un proyecto de ley. Pero por lo menos se da una señal que hay un cierto nivel de compromiso con la consolidación fiscal, eso fue importante. Ahora, por supuesto, formalizarlo y codificarlo en una ley sí es importante y creo que eventualmente se llegará a eso, porque ahora se tiene que consensuar con el Congreso y dudamos que el Congreso te vaya a aumentar los techos de déficit, en todo caso, te los ajustará un poco más. Es la impresión que tenemos del Congreso.
Las expectativas de crecimiento se han dado para los próximos años y el Consejo Fiscal consideran que son muy optimistas…
Vemos el crecimiento al menos medio punto más bajo que el Gobierno en promedio en los próximos tres años. En el 2022 tenemos una expectativa de crecimiento de 4%, en vez del 4.8% que tiene el MMM. En cuanto al 2023, tenemos una proyección de crecimiento de 3%, mientras que creo que el MMM está en 4.5%. De ahí como que converge con el crecimiento potencial a mediano plazo. Estas proyecciones en realidad sí son menores. Observamos bastantes más riesgos las revisiones a la baja, lo cual es un poco problemático dado que el resto de la región realizan revisiones de crecimiento al alza en el mediano plazo, porque el entorno externo es favorable. Hay un impulso externo que debería estar llevando a revisiones al alza, pero el efecto que le resta son las bajas expectativas de inversión privada a mediano plazo es fuerte, es significativo para nosotros.
La recaudación ha sido buena hasta el momento, por el precio de los minerales y la recuperación de la economía, de las conversaciones con el MEF ¿perciben medidas favorables?
Es un punto de incertidumbre sin lugar a duda. Lo que hemos visto en la primera mitad de este año es que ha habido un rebote mucho mayor de lo esperado y ahí tenemos que aceptar es que hemos revisado nuestra proyección de crecimiento para este año al alza, de 9% a 12%, pero es más que nada un reflejo de la primera mitad del año, donde nos ha sorprendido lo rápido que se recuperó la economía y con la fuerza con que lo hizo. Estamos esperando una desaceleración fuerte en la segunda mitad del año, pero aun así hay un efecto estadístico favorable y ha estado influyendo sobre la recaudación en la primera mitad del año. Vemos la sensibilidad de la recaudación al crecimiento y es claramente favorable, hay una elasticidad muy favorable.
Lo que nos ha dicho el Gobierno, o por lo menos el MEF, es que se plantean cambios tributarios, pero que no están incorporados al presupuesto. Si es que se dan medidas de ampliación de la base tributaria, o para gravar más a las empresas extractivas, esto vendría por encima de lo presupuestado y daría más margen de maniobra. Ese es todo un análisis que tendríamos que estudiar y hemos estado estudiando por el momento, pero nos faltan algunas precisiones, números y claridad de parte de las medidas que va a pedir en el marco del pedido de facultades legislativas.
¿Observan claridad en el MEF sobre las medidas tributarias que se pedirán en el marco de las facultades legislativas?
Creo que lo que pasa ahí es que (el ministro de Economía) está tratando de consensuar distintas visiones dentro del Gabinete. Yo creo que el ministro sí sabe lo que quiere hacer, pero al mismo tiempo está tratando de incorporar todas las visiones del Gabinete, que no son necesariamente desde un punto de vista técnico. Creo que el MEF entiende los efectos de cualquier cambio en el código tributario, pero también tiene que haber una consideración política de cuáles son las prioridades del Gobierno. Ahí es donde tiene esa disonancia.
Durante la presentación de Bellido se han dado más anuncios sobre medidas de asistencialismo, que sobre inversión privada o de generar mayores ingresos a las familias desde la generación de empleo, ¿esperaban ello?
Creo que como pintaba la foto al comienzo de este Gobierno, y hablamos de la primera semana, veíamos una perspectiva bastante más negativa en cuanto a la relación con el sector privado, medidas de productividad. Ahora el hecho de que vemos una cierta moderación en el discurso en cierta forma da una suerte de calma, por el momento, pero no deja de preocuparnos que el Gobierno en sí no es muy claro con la dirección de la política pública. Por ello, es tan importante que las autoridades económicas se mantengan independientes de las consideraciones políticas y por eso vamos a estar al tanto de cualquier cosa que pase o cambios que se den a ese nivel.
Si no hay señales, difícilmente hay una recuperación de la inversión privada ¿qué tanto podría demorar ello?
Por nuestro lado no vemos un repunte (en la confianza para la inversión privada), por lo menos en el corto plazo o en los próximos dos años, no hemos visto medidas concretas que sirvan como un ancla como para reafirmar las expectativas económicas, en ese sentido, ya damos por hecho que el sector privado, y en particular la inversión privada, van a estar relativamente deprimida en los próximos por lo menos dos años, y eso está jalando el crecimiento a la baja, cuando deberíamos estar viendo un crecimiento más robusto por el impulso externo.
El precio del cobre es uno de los temas favorables para la economía peruana, ¿lo seguirá siendo?
Sigue habiendo demanda bastante resiliente por el cobre y los precios siguen por encima de los US$ 4 la libra, más cercanos a su récord, esto debería llevar a un boom de inversiones en el país, agilizando el crecimiento y las oportunidades económicas, pero lo que vemos es cautela de los inversionistas, incluso de las mineras, por el hecho que no hay claridad en las políticas públicas. Es un desperdicio lo que se vive en este momento.
Deberíamos estar creciendo en los próximos años en más de 5% o 6% y no lo estamos ni contemplando, estamos debatiendo si el crecimiento será 4% o 4.5%, es decepcionante en ese sentido.
Sin ingresos o crecimiento no se puede luchar contra la pobreza o combatir la informalidad
Vemos que el rebote económico debería ayudar en algo a la reducción de la pobreza este año, pero será muy limitado y no creo que lleguemos a los niveles de reducción de la pobreza que se tenía hasta antes de la pandemia por lo menos en unos cinco años.
El tema de informalidad no es un tema que se ataque de manera fácil, se requiere del crecimiento como una condición necesaria, pero insuficiente, para luego de otras medidas de política económica consensuadas con el sector privado generar empleo formal, de calidad, de manera sostenible.
No vemos muchas iniciativas de este gobierno. Nuevamente será ver como se maneja el crecimiento que se pueda exprimir a la economía con las condiciones de una inversión privada deprimida y hacer lo mejor ahí, pero no creo que haya mucho más que eso.
Las denuncias de algunos ministros por supuestos vínculos con terrorismo y de nombramientos cuestionado, ¿cómo lo analizan?
El foco sigue siendo las autoridades económicas, el MEF, el BCR, la SBS, todas las autoridades regulatorias; y en segundo plano, el resto del gabinete. Por supuesto que preocupa ciertos nombramientos porque generan inestabilidad y volatilidad, tanto en el ámbito político como el financiero, y eso por supuesto tiene un costo que se traduce en menor actividad económica. El Gobierno claramente no ha podido digerir ese mensaje, y en cierta forma está empezando a buscar su suerte de equilibrio, esperemos que lo encuentre rápido. La perspectiva para la confianza económica es tan baja que en realidad nuestro foco son los riesgos que mueven tanto el modelo económico y el ambiente operativo de la economía, Seguimos más enfocados en los riesgos capitales como Asamblea Constituyente, inversión privada deprimida, movimientos políticos bruscos.
Esta calificación crediticia lleva a una subida en la tasa de interés, aunque algunos economistas sostienen que ya se asimiló en parte ¿comparten esa opinión?
Una rebaja repercute en el mercado, eso afecta de manera negativa en el costo del financiamiento del país, en el riesgo país. En este caso estaban más nerviosos los inversionistas por la Asamblea Constituyente y ya habían ajustado el riesgo país. Lo que define si es que hay un aumento en la prima de riesgo es el mensaje que estamos incorporando con cambio de la calificación, y eso podría hacerles ver algo que ellos no habían visto o algo que no se habían percatado. Difícil decirlo (cuánto subirá la tasa de interés), pero claramente esto podría tenerlos mucho más cautos a los inversionistas.
¿En qué tiempo podemos recuperarnos y volver a la zona de grado de inversión con valor A?¿Qué esperan para que ello ocurra?
En este caso es muy difícil, primero tenemos que ver una recuperación de las expectativas económicas y luego regresar a un tema de retomar las reformas económicas de productividad y competitividad que muy probablemente se van a dejar de lado en este gobierno, y poco a poco ganarse la credibilidad de los inversionistas, para luego ver que hay una economía que se está sanando en un sentido sostenible hacia un crecimiento más elevado. Lo vemos muy lejano y el foco será prevenir que se den otras rebajas en la calificación. Evitar nuevas rebajas en la calificación será una lucha continúa durante este gobierno.
Hablabas de oportunidad perdidas con el cobre, ¿hay otras más?
Se debería estar aprovechando este contexto externo para tener un crecimiento mucho más vigoroso de lo que vamos a tener en los próximos dos o tres años, porque los precios de las materias primas son favorables y en años anteriores cuando hemos tenido este impulso externo lo hemos sabido aprovechar, atrayendo inversión y en este caso no lo vamos a aprovechar, y otros países lo harán, mientras que seguimos debatiendo sobre el modelo o temas que ya deberíamos haber superado.
Naturalmente somos conscientes del sufrimiento que tiene el ciudadano por lo que trae la pandemia, pero lo cierto es que dando oportunidades económicas y generando crecimiento sostenible es que se genera mayor empleo y se dan más oportunidades para que el ciudadano vea un incremento en sus ingresos y en su calidad de vida.