Fotografía de archivo del logotipo de la organización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA
Fotografía de archivo del logotipo de la organización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA

Arabia Saudí, bajo fuertes presiones de Occidente para que aumente los suministros de petróleo, y Rusia, cuyas exportaciones de “oro negro” a Europa afrontan un progresivo embargo, lideran este miércoles las negociaciones para fijar la oferta de crudo de la alianza OPEP+ a partir de setiembre.

La teleconferencia mensual del grupo está convocada para las 11:30 GMT de mañana, según informó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en un comunicado.

Se trata del primer encuentro que celebra la alianza -formada por los 13 miembros de la OPEP y 10 productores independientes para coordinar sus políticas petroleras- desde el reciente viaje a que realizó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Arabia Saudí para pedir más barriles de crudo con el fin de frenar la inflación.

Pocos días después, el presidente francés, Emmanuel Macron, recibió en París al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, frente a quien habría resaltado la esperanza europea de que el reino wahabí ayude a suplir el crudo y el gas que deja de exportar Rusia.

La Unión Europea (UE) ha adoptado un embargo parcial y progresivo de las compras de petróleo ruso, que podrían caer hasta un 90 %.

A la guerra en Ucrania, uno de los factores que está encareciendo la energía en todo el mundo, se añaden nuevas tensiones geopolíticas, como la creciente crispación en China por la visita a Taiwán de la presidenta del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi.

En esta complicada situación son muchos los que esperan que Riad impulse en el seno de la alianza la apertura de los grifos, pero también hay un gran escepticismo de que se logre un alivio sustancial en los mercados energéticos.

El incremento en 0.648 millones de barriles diarios (mbd) que entró en vigor en agosto tras ser sancionado a principios de julio, fue el último del plan de subidas escalonadas acordado por la alianza hace un año para recuperar el nivel del bombeo prepandémico.

Con él, la cuota oficial de producción del grupo (sin Venezuela, Irán y Libia) totaliza los 43.85 mbd (cerca del 44% de la demanda mundial) y la idea inicial era mantenerla el resto del año.

Cualquier cambio requerirá negociaciones para alcanzar un nuevo consenso cuando el grupo afronta varias complicaciones.

Por un lado, la mayoría de los productores bombean menos de lo acordado por falta de capacidad técnica, y arriesgan así la pérdida de credibilidad cuanto más aumenta la brecha entre el nivel de los suministros “sobre el papel” y el real.

Por otra parte, tanto Arabia Saudí como los Emiratos Árabes Unidos -los únicos con capacidad de más barriles- han dejado claro que no arriesgarán poner en juego su alianza con Rusia, sellada en el 2016.

Al mismo tiempo, se espera que la OPEP+ considerará seriamente las señales de debilitamiento de la economía y de la demanda mundial de petróleo, inquietudes que ya han abaratado al crudo.

Tras haber rozado los US$ 140 en marzo, el precio del barril de Brent se situaba el lunes por debajo de la barrera psicológica de los US$ 100.

La reunión de mañana, de la que los analistas prevén una decisión marcada por la cautela, será la primera que abrirá el nuevo secretario general, Haitham Al Ghais.

El kuwaití ya estaba nominado para un mandato de tres años cuando el 5 de julio falleció, de forma inesperada, el nigeriano Mohamed Barkindo, pocas semanas antes de concluir su segundo mandato.