Exxon forma parte del Dow Jones desde 1928 y hasta el 2011 fue la empresa con mayor capitalización bursátil, pero en tan sólo una semana ha salido del índice de élite. (Foto: EFE)
Exxon forma parte del Dow Jones desde 1928 y hasta el 2011 fue la empresa con mayor capitalización bursátil, pero en tan sólo una semana ha salido del índice de élite. (Foto: EFE)

Los inversores dan la espalda a la industria del petróleo y de los combustibles fósiles y prefieren la electricidad renovable y la eficiencia energética, convencidos de que las energías sostenibles se acabarán generalizando en la economía.

El 31 de agosto cayó uno de los valores más emblemáticos del Dow Jones: el de la petrolera estadounidense Exxon.

El Dow Jones es el índice de referencia de Wall Street que reúne a 30 de las compañías más poderosas.

Exxon forma parte del Dow Jones desde 1928 y hasta el 2011 fue la empresa con mayor capitalización bursátil, pero en tan sólo una semana ha salido del índice de élite.

Esta caída es el símbolo de una tendencia más global: en Francia, la petrolera Total, que durante mucho tiempo fue un peso pesado del índice CAC 40, ha perdido su esplendor y el precio de una acción ha caído incluso por debajo de los 30 euros (US$ 35) a finales de setiembre, un mínimo desde el comienzo de los años 2000.

Desde el 1 de enero, el índice mundial que agrupa a las compañías de exploración y producción de petróleo y gas ha perdido un 50% en valor, en un contexto de caída de los precios del oro negro.

Por el contrario, el índice mundial de energías alternativas, que incluye a las empresas que obtienen al menos la mitad de sus ingresos de una economía más sostenible, ha progresado casi un 40% en lo que va de año.

Mayor progresión del 2020

En la bolsa de París, los valores de las energías renovables figuran entre los que más han crecido este año. Desde el 1 de enero, el productor de electricidad renovable Albioma ha progresado un 70% y su rival Neoen un 50%.

En los índices más pequeños, Voltalia subió más del 40% y el valor del productor de hidrógeno McPhy casi se multiplicó por seis.

Estos valores “aún son demasiado pequeños para interesar a fondos importantes. Aún tienen que hacer méritos en el mercado”, matizó Oskar Tijs, analista especializado en el sector en NN Investment Partner.

Sin embargo demuestran que el sector está en auge. “Las energías renovables ya no se ven como añadiduras a las fósiles, sino como el futuro de las energías”, estima Tijs.

Hay logros a mayor escala, como con Ørsted. La empresa danesa abandonó los fósiles en el 2017. Desde entonces su cotización en Bolsa se ha triplicado.

El éxito del sector se debe a los progresos técnicos. “La electricidad solar era otrora cinco veces más cara que los fósiles. Hoy, incluso sin subvención, se ha vuelto en promedio más barata”, asegura Xavier Chollet, gestor del fondo Pictet Clean Energy.

El porcentaje de energías renovables subirá probablemente al 40% en el 2030, frente al 8% en el 2018. “Ningún presidente o programa político puede frenar el desarrollo si son más baratos sin subvención”, recalca, para dar a entender que incluso una reelección de Donald Trump en Estados Unidos no frenaría la tendencia.

Tendencia más allá de la energía

Más allá de la energía, toda la transición ecológica se ha acelerado, ya sea en la producción, la distribución o la eficacia energética”, declaró Nicolas Beneton, especialista en inversión sostenible en RobecoSAM.

En Europa incluso se acelera, con el 30% de los 750,000 millones de euros (unos US$ 880,000 millones) del plan de recuperación de la Comisión Europea dedicado directamente a los objetivos de transición ecológica.

Este cambio se materializa en el ámbito de la movilidad, según Beneton. “Cuando miramos la producción de automóviles, vemos claramente un efecto de tijera: este año será excepcional para los vehículos eléctricos y muy difícil para la industria tradicional”.