Antes de la llegada de la pandemia, el e-commerce en el Perú funcionaba todavía como un canal adicional de ventas. De hecho, en múltiples organizaciones y empresas, el canal online era considerado estructuralmente “una tienda más”. Este enfoque ayudó a salir al mercado a muchos comercios, particularmente B2C, enfocados en extender la propuesta de valor brick & mortar y también a “digitalizar” a sus consumidores habituales, trasladando la confiabilidad de la experiencia física de dichas marcas a la conveniencia de la compra en línea.