El metaverso como concepto existe desde hace varias décadas (Neal Stephenson acuñó el término en 1992 en su novela de ciencia ficción “Snow Crash”); sin embargo, el interés por este mundo virtual recién se disparó a finales del año pasado, según Google Trends, tras la popularidad de los NFT (tokens no fungibles, por sus siglas en inglés) y los anuncios de las grandes empresas tecnológicas por invertir en ese espacio, como el cambio de marca de Facebook a Meta Platforms. ¿Pero qué es exactamente?
La forma más popular de experimentar el metaverso es a través de un videojuego con lentes de realidad virtual. Pero va más allá, y no hay una sola definición. En su informe “Metaverse and Money” (de marzo del 2022), Citi lo denomina “la próxima generación de internet o web3”, que combina el mundo físico con el digital de forma persistente e inmersiva. Los metaversos (porque hay muchos) se caracterizan por ser entornos virtuales masivos que transcurren en tiempo real, donde existe una economía digital y uno se identifica con un avatar, detalla David Tolosana, director de Soluciones y Tecnología para Microsoft Región Sur.
Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platforms, describe al metaverso como un “internet encarnado”, o simplemente como internet+; en lugar de solo ver contenido, se está en él y se pueden vivir experiencias que no necesariamente existen en una página web o en una app, como bailar o hacer deporte. Sin más, Rev Lebaredian, vicepresidente de Omniverse & Simulation Technology en NVIDIA, cree que el metaverso “va a ser más grande que cualquier cosa que hayamos conocido”.
Tomando en cuenta una definición amplia del término, Citi estima que la base de usuarios de esta tecnología puede ser de hasta cinco mil millones, y que el mercado total al que se podría dirigir la economía del metaverso oscilaría entre los US$ 8 trillones y los US$ 13 trillones para 2030. El dinero en este mundo podría existir en diferentes formas, como tokens, criptomonedas o monedas digitales de bancos centrales, pero se espera que coexista con el del sistema financiero tradicional.
¿Y para qué sirve? “El metaverso acabará por ayudarnos a encontrar mejores y nuevas formas de hacer todas nuestras actividades actuales, incluyendo el comercio, el entretenimiento, los medios de comunicación, la educación, la formación, la manufactura y todo lo relacionado con la empresa en general”, resalta el informe de Citi. Se espera que genere procesos más eficientes y de mayor colaboración. En los próximos años, los casos de uso empresarial del metaverso abordarán la colaboración interna, el contacto con el cliente, las ventas y el marketing, la publicidad, los eventos y las conferencias, la ingeniería y el diseño, y la formación de personal.
¿Metaverso para todos?
Los beneficios potenciales de plataformas meta incluyen exposición y posicionamiento de marca, estar más cerca del consumidor final y crear una comunidad digital, generar mayor monetización (por bienes físicos o posesiones exclusivamente virtuales) y una mejor experiencia que en un comercio electrónico tradicional, al, por ejemplo, poder ir de compras con amigos, hablar con los representantes de las marcas o con influencers, o manipular y probar los productos digitalmente. Por eso Amazon y Google ya se han adentrado con herramientas para el metaverso.
“Por más grandes que sean las fotos en una página web, se trata siempre de alguien viéndolas frente a una pantalla. En el metaverso, en cambio, la persona está inmersa en una tienda virtual. Camina ahí, ve los productos en tres dimensiones y los puede probar, lo cual se asemeja más a un entorno físico”, explica Daniel Falcón, fundador y CEO de Neo Consulting. Por eso, Citi asegura que para el sector retail y de la moda el metaverso es el e-commerce 2.0 y adoptar la tecnología será clave.
Este entorno también resulta beneficioso en el ámbito industrial. Por ejemplo, la tecnología de gemelos digitales (representaciones virtuales de entornos del mundo real que se actualizan continuamente) podría reducir costos, tiempo y desperdicio de recursos para hacer simulaciones o entrenamientos. Siemens Energy ya ha desarrollado un gemelo digital para dar mantenimiento predictivo a centrales eléctricas y Boeing explora construir aviones en el metaverso.
Asimismo, mejora la experiencia del trabajo remoto o híbrido. Horizon Workrooms, de Facebook, y Mesh, de Microsoft para Microsoft Teams, ofrecen espacios digitales en los que los usuarios se pueden reunir a través de un avatar. Incluso ya hay conciertos (en Fortnite, por ejemplo) y shows de moda (Decentraland organizó uno en marzo) en plataformas meta. También se habla de llevar la experiencia de visitar un museo y de los deportes a ese mundo. El Australian Open ya puso un pie ahí y el FC Barcelona construirá su propio metaverso para atraer más fanáticos.
Se espera que este mundo virtual también represente una oportunidad para creadores de contenido, headhunters, la publicidad virtual, la salud, los servicios públicos y hasta para mitigar el cambio climático. “Se trata de modelos de negocios que aún no tenemos hoy. Por ejemplo, a un banco posiblemente le va a interesar crear la pasarela para que las personas puedan convertir dinero real en virtual para usar en los metaversos”, apunta Tolosana. Pero, aunque el metaverso suena a un bonito sueño de lo que internet es capaz, “nada asegura que funcionará y que se quedará con nosotros mucho tiempo”, advierte Felipe Valdez, division manager IT & Digital en Cornerstone.
¿Metaverso en el Perú?
A escala mundial, empresas sobre todo de los rubros de tecnología, videojuegos y ropa de diseñador como Meta, Roblox, Nike y NVIDIA ya operan en el metaverso. Los mercados más avanzados son principalmente Estados Unidos, China y Corea. Elio Vignolo, manager de Technology by Page Perú, afirma que el fenómeno recién comienza a discutirse tímidamente en uno que otro directorio de empresas en América Latina, pero que lo más probable es que el primer paso lo den las grandes compañías extranjeras con presencia en la región.
Para que la experiencia en el metaverso sea óptima, se necesita previamente contar con mayores velocidades de conectividad y aumentar el ancho de banda de la red (además de repensar normas para evitar el lavado de dinero, el robo de identidad o un comportamiento poco ético en esta nueva realidad).
Además, Vignolo considera que, para sacarle provecho, las compañías deben invertir en innovación y en equipos ágiles y con un growth mindset, las cuales se caracterizan por darle la bienvenida al cambio, saber adaptar rápidamente la estrategia del negocio y comunicarla dentro de la empresa.
En el Perú, aún no hay nada concreto al respecto. “Siendo de los países menos desarrollados en tecnología de la región, seremos de los últimos de América Latina en formar parte de esta nueva ola”, sentencia Valdez, aunque no descarta que, “próximamente”, Cornerstone pueda decir: “Nos vemos en el metaverso”.
Sin embargo, Tolosana, de Microsoft, apunta que en el Perú hay empresas que están yendo hacia el metaverso casi sin saberlo, pues tienen interés (o desarrollos) por plataformas virtuales, videojuegos, entornos de trabajo híbrido y gemelos digitales. De hecho, Microsoft considera al mercado peruano de gaming muy relevante.
Falcón prevé que la tendencia recién llegará al país entre el 2023 y el 2024. “Es una inversión muy grande para empresas que ahora lo que quieren es recuperar el dinero que no pudieron ganar debido a la pandemia”, manifiesta. Según él, el costo inicial para tener presencia en plataformas meta fluctúa entre los US$ 50.000 y los US$ 100.000. Neo Consulting está desarrollando una solución para la venta de productos de moda en el metaverso, pero no para el mercado local, sino para México, Chile y Colombia.
El camino hacia la economía del metaverso recién empieza y aún faltan algunos años para que esta tecnología se vuelva mainstream, como el uso de los celulares o la conexión a internet. Arranca un periodo de experimentación y de ensayo-error, pero, como dice Tolosana, el mundo ya empieza a pivotar hacia esa dirección.