Los principales índices accionarios iniciaron el año con pérdidas y la aversión al riesgo domina en los inversionistas, a medida que se comienza a proyectar una mayor agresividad en el proceso de retiro de estímulos monetarios. La volatilidad intraday se mantiene elevada en los mercados financieros, mientras las curvas de tasas de interés suben, en línea con las expectativas de ajustes de política monetaria.
“Dada la persistente y elevada inflación, así como las señales de fortaleza en el mercado laboral, se espera que la Reserva Federal (Fed) tome las medidas necesarias para combatir la inflación. Así, el mercado internaliza ya no tres, sino cuatro alzas en la tasa de referencia en Estados Unidos para este año —iniciando tan pronto como en marzo—, golpeando así a los mercados financieros”, afirma Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo.
Las pérdidas son lideradas por las acciones tecnológicas entre los índices norteamericanos. Falen revela que, en el contexto actual de mayores tasas de interés, las acciones más golpeadas serán aquellas que tengan una mayor sensibilidad ante variaciones de tasas de interés. Estas suelen ser las acciones growth (crecimiento), que son empresas en fase de expansión y que tienen potencial de crecimiento operando en mercados cambiantes, como el tecnológico.
Por su parte, las acciones value (valor) tendrán una menor sensibilidad. Estas son aquellas empresas que se caracterizan por ser más estables y se enfocan en sectores maduros con menores crecimiento en ventas y mayores barreras de entrada.
En lo que va del 2022, el índice Nasdaq —que reúne a las compañías más importantes del sector tecnología— ha perdido más de 11%, entrando en terreno de contracción al caer más de 10% desde su último punto máximo. De hecho, según el RSI (relative strength index) —indicador técnico que mide momentum— este índice se ubica en terreno de “sobreventa” por primera vez desde marzo del 2020.
¿Por qué las acciones reaccionan así?
Luego de reducir su tasa a niveles cercanos a cero para responder a la crisis del Covid19, el momento actual de aumento de la inflación y de un mercado laboral en recuperación, le da espacio a la Fed para retirar sus estímulos.
“Tiene sentido que las acciones reaccionen con caídas en un contexto de retiro de estímulos. La subida de tasas implica poner fin a la promesa de dinero ‘barato’, que significaba contar con costos financieros muy favorables que impulsan el consumo, la inversión y —en consecuencia— un mayor crecimiento de las utilidades. El hecho que ahora se anticipe que el inicio sea antes de lo esperado hace que las caídas sean fuertes, generando volatilidad. Subir tasas, por tanto, debe llevar a una caída de las bolsas”, explica Falen.
¿Será un mal año para las acciones norteamericanas?
No necesariamente. “No debemos olvidar que el retiro de estímulos se respalda en un mayor dinamismo económico. El presidente de la Fed, Jerome Powell, justifica el giro de su política destacando la fortaleza subyacente de la economía estadounidense. Si bien la economía de Estados Unidos crecería menos en el 2022 (5.2%) respecto a lo que registró en el 2021 (6.0%), el crecimiento será por encima de su nivel potencial (alrededor de 2.0%), así como por encima del crecimiento promedio registrado en los últimos años (2.2% en el periodo 2011-2019)”, enfatiza Falen.
En este contexto, los bancos centrales suben sus tasas porque consideran que la economía ya no necesita de estímulos para continuar creciendo. “Si bien en un inicio podemos esperar una respuesta negativa de los mercados, esta sería limitada. De esta manera, un mayor crecimiento económico se reflejará en mayores utilidades para las empresas, lo que a su vez se reflejará en los precios de las acciones, compensando el efecto adverso de mayores tasas de interés. Históricamente, luego de que la Fed ha elevado su tasa por primera vez, los tres meses siguientes se han registrado rendimientos mixtos; sin embargo, 6 meses y 12 meses después, el rendimiento ha sido positivo”, insiste el economista.
De hecho, luego de la primera alza de tasas, el repunte del S&P 500 ha continuado —en promedio— durante aproximadamente tres años. “Sin embargo, el desempeño pasado no es garantía de resultados futuros. Si la Fed fuera demasiado agresiva, podríamos ver resultados diferentes”, precisa Falen.
Para el 2022, Inteligo se mantiene optimista respecto el desempeño de la renta variable. “En un contexto en que la economía seguirá creciendo por encima de su potencial, dicho dinamismo será para los sectores cíclicos de la economía, es decir, para compañías industriales, financieras, por ejemplo”, sostiene Falen.