En su último semanario, Comex alertó que a más de 6 años desde la firma del contrato para el desarrollo de la red dorsal nacional de fibra óptica (RDNFO), los beneficios prometidos aún no son visibles.
Como se recuerda, RDNFO es un proyecto que fue puesto en marcha en el marco de la ley 29904, ley de promoción de la banda ancha. En 2014, el Gobierno de Humala firmó un contrato de concesión cofinanciado por 20 años con la empresa Azteca Comunicaciones, para procurar el tendido de 13,500 kilómetros de fibra óptica.
Durante 2016, se culminó al 100% la fase de despliegue, con lo cual se conectaría con redes de alta capacidad a 22 capitales de departamentos y 180 capitales de provincia. El proyecto tenía como objetivo mejorar la competitividad en el sector telecomunicaciones al contribuir a la reducción de los costos de transporte para las compañías de telefonía móvil e internet, y la disminución de las tarifas para el usuario final.
A diciembre del 2018, según el Banco Mundial, la RDNFO se encontraba trabajando a un 10% de su capacidad instalada.
Esta subutilización respondió a múltiples problemas, entre los que destaca la superposición del 80% de la red pública con redes privadas, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y las diferencias en los precios: US$ 27 Mbps por mes, una tarifa rígida y no competitiva, especialmente para volúmenes altos.
Así -sostiene el gremio- pese a las promesas de la RDNFO, los resultados de interconexión no han sido los esperados.
Aun con el gran despliegue de la red, el mejor acceso a internet continúa centrado en la zona costera del país.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 62.9% de los hogares de Lima Metropolitana tuvo acceso al servicio de internet entre enero y marzo de 2020. Asimismo, a nivel departamental, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), durante el primer trimestre de 2020, el 59.7% de los hogares de Lima tuvo algún tipo de conexión a internet.
No obstante, la conexión en otros departamentos no alcanza ni el 15% como ocurre en Cusco (14.8%), Cajamarca (6.9%) y Huancavelica (6%), pese a contar con 25, 24 y 19 nodos de la RDNFO, respectivamente.
A lo que se suma que el Perú fue el país de la Alianza del Pacífico con menor velocidad de internet durante julio de 2020.
“Esto supone un problema si se considera la necesidad de migrar a plataformas digitales en materia de salud, educación, comercio, entre otros, en el escenario de la crisis sanitaria”, subraya el gremio.
A lo que se suma que el Perú se encuentra bastante rezagado en el número de usuarios de conexiones de banda ancha fija, de las cuales solo un 5% son de fibra óptica, según Apoyo.
El gremio recuerda que según el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad, la inversión en infraestructura para conexión a internet de alta velocidad es prioritaria para la transformación digital y desarrollo económico, especialmente en zonas rurales.
“Por ello, la respuesta del MTC ante las demandas del concesionario y las recomendaciones del Banco Mundial es un buen inicio para recuperar este gran proyecto”, apunta
Ya que las modificaciones a la ley 29904 han permitido al concesionario realizar interconexiones internacionales, brindar el servicio de tránsito IP internacional y ofrecer otros servicios; mientras que los operadores de las redes regionales podrán, por ejemplo, arrendar capacidad a otros proveedores y ofrecer servicios a consumidores finales.
Asimismo, en el marco de la crisis de la COVID-19, a partir del decreto legislativo 1502, el MTC ha visto la oportunidad de incrementar el uso de la RDNFO. Si bien esta medida permitirá ver resultados en el corto plazo, es necesario que su efecto sea sostenido.
“Por ello, se dé o no la salida de Azteca Comunicaciones, el Gobierno debe estar preparado para trabajar bajo otro esquema de negocio, atractivo y sostenible. La ley 29904 debe revisarse e incorporar lo aprendido, pero, sobre todo, interiorizar el dinamismo del mercado de telecomunicaciones, la tecnología y la digitalización. También, es necesario pensar en la RDNFO y las redes regionales de forma articulada en el proceso de planificación. El MTC no puede arriesgarse a plantear un nuevo modelo que termine siendo obsoleto en los próximos 5 años”, puntualiza.