El mundo en el que vivimos está lleno de competencia. Un claro ejemplo es lo que sucede en el mercado, donde las empresas luchan por ser las que destaquen frente a las demás, así tenemos a Marvel versus DC, Starbuskcs vs. Dunkin, entre otras. Lo mismo sucede con las personas, quienes compiten entre ellas.
Y aunque algunos consideren que ayuda a descubrir nuevas oportunidades, lo cierto es que hay mucha gente que la relaciona con la búsqueda de un beneficio para perjudicar al rival. Entonces surge la interrogante: ¿la competencia puede ser considerada mala? Shama Hyder, fundadora y CEO de Zen Media, empresa de comunicación de medios, escribió un artículo en Inc. para explicarnos su implicancia en el desarrollo de una persona o compañía y sobre todo cómo usar la rivalidad para competir y ganar.
Pese a que la competencia puede inspirar excelencia e innovación, a veces no es bien vista en algunos círculos porque piensan que podría tener un lado oscuro al considerar que su único fin es hacer daño a su oponente; sin embargo, sí podría ser una fuerza para el bien que ayude a crear entornos de trabajo positivos y equipos adhesivos.
Actualmente, las empresas han empezado a usar la palabra “colaboración”, en lugar de competencia, para generar un alto rendimiento en un grupo que se une para lograr un objetivo común. ¿Por qué? Pues piensan que la competencia entre empleados es inherentemente tóxica y perjudicial para el trabajo en equipo.
Si bien esto podría traducirse en que ambas son enemigas, no necesariamente es así, indica Hyder. “Si la competencia es intrínsecamente tóxica y perjudicial para el trabajo en equipo, ¿por qué los atletas profesionales, por ejemplo, hablan con tanta frecuencia sobre la competencia entre ellos y sus compañeros y cómo esto los inspira a superar sus límites? Si la competencia es tan divisiva, ¿por qué los equipos deportivos profesionales demuestran niveles tan intensos de camaradería y coordinación efectiva?”, escribió.
Algunas investigaciones han demostrado que la rivalidad es esencial para desarrollar la capacidad de desempeñarse en niveles más altos, así como la disposición a asumir riesgos estratégicos. Entonces, ¿cómo usarla para competir y ganar? La especialista nos da tres enfoques:
La fundadora y CEO de Zen Media menciona que “la competencia, en su mejor momento, es una forma de colaboración”, por lo que antes de iniciarla se debe definir las reglas de juego, así como las consecuencias de incumplirlas. De esta manera, se convierte en un acuerdo mutuo de “colaboración de oposición” o “lucha de colaboración”.
Aquí se debe tener en cuenta que la competencia no busca destruir al oponente, sino buscar un acuerdo mutuo para entrar en un desafío para cultivar la excelencia.
Cuando uno busca sobresalir en algo se siente más motivado para lograrlo. Lo mismo pasa con los colaboradores de una empresa, quienes en su afán de obtener el éxito, sobrepasan sus límites personales y profesionales.
Según el estudio “Invirtiendo espirales de rendimiento a la baja”, si los trabajadores son comparados, tienden a querer sobresalir y se fortalecen.
Debido a que la competencia de marca impulsa a una compañía a la diversidad de sus productos, las marcas se esfuerzan continuamente por sobresalir y superar a sus rivales, pero estos cambios no deben estar centrados sólo por el beneficio económico o la participación en el mercado, sino por un compromiso por el bien social.
La innovación ayuda a que una organización compita y le brinde una buena atención a su público, haciendo que destaque frente a otras que también están en su mismo rubro.