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Los mejores líderes no esperan un ascenso para dar el paso. Comienzan a practicar mucho antes. En su forma más pura, el liderazgo en el trabajo es la capacidad y el deseo de aceptar la responsabilidad de su carrera. Implica tener una visión que no solo lo beneficie a usted, sino también a su organización y colegas.
Usted quizá todavía no es un gerente, pero hay tres acciones que puede tomar ahora mismo para perfeccionar sus habilidades de liderazgo y convertirse en un miembro del equipo muy respetado e influyente.
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Dedique tiempo al crecimiento diario
Probablemente haya escuchado la famosa analogía: Debe ayudarse a sí mismo antes de poder ayudar a otros. Por eso es importante comprometerse y dedicar tiempo al crecimiento diario. Cuando mejoramos nuestro conjunto de habilidades y nos convertimos en una versión ligeramente mejor de nosotros mismos de lo que éramos el día anterior, iniciamos el proceso de ser más valiosos en términos de lo que podemos ofrecer.
Dicho esto, simplemente mejorar en cualquier área no garantiza que ello se traduzca en su trabajo. Un enfoque más práctico es buscar un mentor o líder respetado en su organización y pedir consejo.
Más allá de esto, busque oportunidades para aprender fuera del trabajo.
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Descubra y aproveche sus fortalezas personales
Los aspirantes a líderes a menudo creen erróneamente que deberían dedicar la mayor parte de su tiempo a tratar de mejorar sus debilidades. Sin embargo, cuando se trata de generar influencia, su ventaja radicará en descubrir sus fortalezas y utilizarlas lo mejor que pueda.
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Mejore su capacidad para conectar con las personas
Mucha gente piensa que todos los líderes deben ser oradores públicos naturalmente talentosos. Pero este es otro concepto erróneo. Cuando se trata de liderazgo, hacer conexiones genuinas es más ventajoso y cualquiera puede aprender cómo hacerlo.
Comunicarse de una manera que se sienta accesible y relacionable para los demás aumentará su capacidad de influencia. Puede practicar esta habilidad siendo intencional en sus interacciones con los demás. Mantenga estos tres factores en mente:
Vulnerabilidad: Mostrar vulnerabilidad ayuda a derribar las barreras que las personas construyen naturalmente cuando se comunican con alguien nuevo o en un entorno profesional. Una vez que rompa esas barreras, será más fácil para ellos recibir su mensaje.
Autenticidad: En un mundo donde todos intentan impresionar a los demás y proyectar una imagen que no refleja quiénes son realmente, la autenticidad radical se destaca. Sea usted mismo. ¿Qué aspecto tiene esto? Liderar con el ejemplo y ser el primero, en lugar de seguir al resto, siempre es un buen punto de partida.
Empatía: Cada persona que conocemos está librando una batalla de la que no sabemos nada. Ya sea una interacción uno a uno con un compañero de trabajo, una reunión de equipo o incluso una pequeña charla durante un almuerzo con un amigo, tenga en cuenta que todos estamos lidiando con algún asunto o problema que nos carcome. Esté dispuesto a darle a la gente el beneficio de la duda.
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