A juzgar por la historia reciente, Leslie Moonves no tendrá que esperar mucho para saber si aún tiene futuro en CBS Corp.
Las juntas directivas actúan con más rapidez que nunca en lo que respecta a despedir a ejecutivos acusados de conducta inapropiada, y también es más probable que sepan con claridad cuáles son los motivos, según dos nuevos estudios. La junta de CBS se reunió el lunes y hasta ahora directores independientes han manifestado su apoyo al máximo responsable, que tiene 68 años y al que seis mujeres acusaron de acoso sexual en un artículo que publicó The New Yorker.
En el artículo, Moonves admitió haber hecho avances no deseados hace décadas, pero dijo que nunca había usado su posición para perjudicar la carrera de otras personas. Se suma a por lo menos 468 altos ejecutivos y empleados acusados de acoso o de otras conductas inapropiadas en los últimos 18 meses, según una cifra que actualiza a diario la consultora de crisis Temin & Co.
El lapso entre la primera información pública de la presunta conducta de un ejecutivo y el anuncio de una compañía sobre un despido se ha reducido este año a un promedio de apenas algo más de dos semanas, en comparación con seis semanas del año pasado, según Temin. La compañía dijo que había analizado despedir a 240 personas y que el lapso se ha reducido cada mes este año.
“Las juntas directivas trazan límites más estrictos entre lo que es aceptable y la conducta que no lo es. Actúan en consecuencia y lo hacen más público”, dijo Bryan Tayan, un investigador de la Iniciativa de Investigación en Gobernanza Empresarial de la Facultad de Administración de la Universidad de Stanford.
Los ejemplos actuales, dijo, están muy vinculados a la conducta sexual inapropiada y a la “cultura de oficina” relacionada con el movimiento #MeToo, nacido tras las acusaciones sobre acoso sexual contra el productor cinematográfico Harvey Weinstein. Otros tipos de conducta inapropiada, tales como el mal manejo de las finanzas o relacionadas con el desempeño de la compañía, no parecen dar muestras de incrementos similares.
Por otra parte, las empresas se muestran más audaces a la hora de decir por qué un CEO se va. De los ejecutivos que salieron este año de compañías del Russell 3000, ocho fueron despedidos haciéndose referencia específica a conducta inapropiada, en comparación con uno en todo 2017, según un análisis de Exechange.com, un grupo que sigue las partidas de los máximos responsables.
El fundador del sitio es Daniel Schauber, un editor del diario financiero alemán Borsen-Zeitung que se sintió frustrado ante el discurso empresarial a la hora de informar sobre la “renuncia” de un CEO. Schauber desarrolló un sistema que da a las partidas de ejecutivos un puntaje de cero –cuando es evidente que su salida fue voluntaria- a 10, cuando es evidente que se los despidió. El puntaje promedio de su escala ha sido superior a cinco durante ocho meses consecutivos, dijo.
“Parece tratarse de cierto efecto de bola de nieve”, dijo al mencionar un aumento del lenguaje explícito de las juntas directivas en los últimos 12 meses. Eso no equivale a decir que ya no hay ejecutivos que mencionan vagas razones en relación con su partida. Schauber sostiene que de las compañías del Russell 3000 en las que se produjo la salida de un CEO en los dos últimos años hubo 36 ejemplos en que las razones alegadas fueron, en el mejor de los casos, nebulosas.