Los ingresos promedio por sexo en el área urbana a nivel nacional, según el reciente informe técnico de empleo nacional publicado por el INEI, indican que existe una diferencia de aproximadamente S/ 524 en favor de los hombres.
Las mujeres tienen un ingreso promedio de alrededor de S/ 1,322, los hombres por su parte ganan en promedio S/ 1,846. Esto significa que, en promedio, el ingreso de los hombres está por encima en aproximadamente 28% con respecto al de las mujeres (es decir, se tiene una brecha salarial de 28%).
En otras palabras, el ingreso de las mujeres representa aproximadamente 72% del ingreso de los hombres o, a manera de ejemplo, por cada sol que gana un hombre una mujer gana 72 céntimos en promedio.
Razones
Un primer factor, comentó el abogado laboralista Jorge Toyama, es que existe una mayor contratación de hombres en los puestos de mayor remuneración en las empresas. Es decir, por ejemplo, las posiciones laborales como las de gerencia o afines administrativas son usualmente ocupadas por hombres.
Con respecto a ello, Toyama indicó que, esta suerte de jerarquía en los puestos laborales responde a la práctica de políticas que no están a favor de la maternidad.
La propia norma peruana, según Toyama, se concentra en la mujer, lo cual podría perjudicarlas en muchos casos. Son las mujeres las que toman los 98 días del periodo postnatal. En países desarrollados, sin embargo, este periodo puede ser tomado tanto por la madre como el padre, siendo una decisión de estos.
“Normalmente una mujer que opta por ser madre, tiene menos tiempo en su centro laboral y, con ello, menores posibilidades de ascenso. Esto hace que se ubique a las mujeres en posiciones de mandos medios. Si hay una disputa entre un hombre y una mujer por ser gerente general, el hecho de que la mujer quiera ser madre es relevante en la decisión”, señaló.
El segundo factor, indicó Toyama, que genera esta brecha salarial, es que los sectores económicos que, en promedio, pagan más que otros sectores tienen mayormente hombres en sus labores.
Este es el caso del sector minero (sector con las más altas remuneraciones) o el de energía, los cuales manejan mayores salarios en promedio que sectores como servicios y comercio, en donde hay concentración de mujeres, indicó el abogado laboralista.
¿Cuestión cultural?
Gran parte del relato de la brecha salarial, afirmó Toyama, también se explica por cuestiones culturales como el sesgo machista en determinados puestos laborales.
Muchas empresas tienden a preferir injustificadamente a hombres en determinadas posiciones como, por ejemplo, gerentes financieros (el cual es el candidato natural a ser gerente general). En cambio, según Toyama, se tiende a ubicar a las mujeres usualmente en posiciones de “soporte” a estas puestos de alto rango.
Esto sucede en las demás actividades económicas, en donde existe asociación en labores como, por ejemplo, uso de maquinaria o chofer con los hombres, y las mujeres con actividades relacionadas a servicios de ventas o del hogar.
Esta situación, según Toyama, no solo evita que se escojan a las mujeres en estos puestos, sino que limita a las mismas a incursionar en ellos.
“No se necesita tener una gran destreza física para manejar un camión o una pala mecánica, sino técnica; sin embargo, no es usual que una mujer se desempeñe en ello. La sociedad misma estigmatiza este tipo de situaciones, lo cual genera brechas en la práctica”, señaló.