En el Perú, la gran mayoría de las planas docentes presentan desequilibrios en su composición: se observa una minoría de profesoras mujeres y de docentes jóvenes, según el Informe bienal sobre la realidad universitaria en el Perú 2021, de Sunedu.
Ello se hace más evidente en las casas de estudio públicas, en comparación con las privadas.
En el año 2020, se registraron 63,601 puestos docentes y se evidenció una repartición desigual, debido a significativas diferencias según ámbito geográfico y características institucionales.
En efecto, el 65% de puestos docentes fueron provistos por instituciones privadas, y el 74% por instituciones originarias de Lima o el resto de la costa.
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Respecto a la implementación de la carrera docente, se muestra que esta es reducida en las instituciones privadas, situación muy evidente en aquellas de gestión societaria y aquellas con sede en la costa.
En el país, el 68% de puestos docentes no son ordinarios; es decir, no forman parte de la carrera docente en tanto sistema de ascensos y afiliación institucional de largo plazo.
Esta proporción alcanzó el 74% en las instituciones con sede en la costa y el 71% en Lima.
“Asimismo, en las universidades societarias la implementación de la carrera docente es prácticamente nula, ya que el 94% de docentes no se desempeñan en ese marco”, detalla el estudio.
La progresión profesional de los docentes revela brechas significativas entre hombres y mujeres, las cuales crecen a cada etapa. A nivel nacional, mientras que el 35% de profesores había accedido a la carrera docente, fue el caso del 28% de profesoras.
Paul Neira, educador y fundador de The Learning Factory, comentó a gestion.pe que un profesor a tiempo parcial (por contrato) podría ser ordinarizado, “para esto se da un concurso dentro de la unversidad público o privada para obtener un status distinto. El profesor ordinario tiene un condición adicional. El costo por hora que se le paga es mayor”.
Entrar a la ordinarización -precisó- es entrar a la carrera docente dentro de las universidades. “Lo que dice este indicador es que este proceso en la uiversidades privadas aún es débil”, señaló Neira.
Para acceder a la carrera, los docente universitarios se preparan y presentan a un concurso en las universidades donde enseñan.
Actualmente, dentro de la carrera docente hay tres niveles: el profesor adjunto, el profesor asociado y el profesor principal. Cabe señalar que la condición que obtiene el docente en una universidad se mantiene aun si cambia de casa de estudios.
Así por ejemplo, “Si lograste la ordinarización y te cambias de universidad, se te debe reconocer la ordinarización de la universidad anterior. La condición te la llevas a donde vayas. Si en esa casa de estudios presentas tus papeles para pasar de adjunto a asociado y te dan esa condición, pero luego quieres cambiar a otra universidad, ésta debe reconocerte como profesor ordinarizado asociado y logras ser profesor principal y quieres cambiar nuevamente, la universidad a la que postules debe reconocerte como tal, porque es un condición que ganas, no importa dónde trabajes”, resaltó el fundador de The Learning Factory.
¿Por qué no se han ordinarizado los docentes? Para Neira esto tiene una explicación, alterna, “hay muchas universidades que cumplen un rol profesionalizante, es decir, buscan generar profesional. Entonces, no tienen problemas con la contratación, porque no necesitan tener docentes ordinarios; porque los cubren con los profesores contratados”.
¿La calidad educativa de un docentre contratado es menor respecto a un docente ordinarizado? “Hay un grupo de docentes que enseñan porque quieren hacerlo y no porque quieran ser parte de la carrera docente (...) Puedes tener un profesor principal, dedicado a tiempo completo que enseña mal vs. a un docente contratado por horas que es un extraordinario profesor; entonces, el indicador, pero no es suficiente para medir la calidad”.
“Es importante tener profesores ordinarizados pero “no necesariamente” porque alguien lo sea se convierte en un profesor con mayor calidad”, comentó.
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Otros indicadores
Poco menos de ocho de cada 10 puestos provinieron de universidades con sede en los departamentos Lima, La Libertad, Cusco y Junín.
Asimismo, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y la Universidad Tecnológica del Perú encabezan la lista de entidades con mayor plana docente, ambas superaron los 4 mil puestos docentes.
Se dio cuenta que un tercio de los puestos docentes fueron ocupados por mujeres a nivel nacional, proporción que se reduce a 29% al observar el universo de las instituciones públicas.
Edad de los docentes
Por otra parte, mientras que la mitad del total de puestos estuvo ocupado por docentes menores de 50 años, esta proporción fue de 36% en la instituciones públicas y de 60% las privadas.
Al tomar en consideración la edad máxima de ejercicio de la docencia ordinaria, de 70 años, es de particular importancia advertir que los docentes de más de 65 años de edad representaron casi un cuarto del total de profesores en las entidades públicas, y cerca del triple que en la entidades privadas.
Puestos que ocupan
En la carrera docente, el 70% de hombres ocupaba puestos de docente asociado o principal; mientras que, entre las mujeres, solo el 64% ocupaban estas categorías.
Asimismo, se constató que el 77% de facultades y escuelas eran lideradas por hombres, mientras que el 23% por mujeres.
En cuanto a la máxima dirección, se observó que el 88% de rectorados estaba conducido por un hombre, y solo el 12% por una mujer. Por último, cabe indicar que estas brechas eran significativamente más marcadas en las instituciones públicas.
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La contratación de docentes a tiempo completo ha crecido significativamente desde el inicio del Licenciamiento institucional; sin embargo, la mayoría de los profesores en el país labora a tiempo parcial, situación característica de las instituciones privadas y de aquellas con sede en la capital.
Así, la proporción de puestos docentes a tiempo completo aumentó de 25% a 41%, desde el inicio del Licenciamiento institucional (Sunedu, 2018).
Las instituciones privadas fueron las que más cambiaron, ya que duplicaron la proporción de puestos a tiempo completo: de 14% a 28% en promedio.
A pesar de estos avances, en el 2020, seis de cada diez puestos docentes eran a tiempo parcial. Esta situación fue más marcada entre las instituciones con sede en Lima, pues la proporción ascendió a 68%.