Para comprender mejor cómo puede hacer que su voz se escuche, y tener conversaciones difíciles en el trabajo sin quemar puentes, hablé con cuatro expertos. Esto es lo que tenían que decir.
Vea a los demás como aliados potenciales, no como adversarios
Cuando comparta sus pensamientos sobre un incidente, acérquese a la persona que hizo el comentario como un aliado. Su objetivo debe ser tener una conversación y tratar de comprender la perspectiva de la otra persona.
Durante la discusión, el énfasis debe estar en ayudarlos a comprender su error en lugar de tratar de avergonzarlos por ello.
Por ejemplo, podría decir: “No entendí la broma que hiciste. Honestamente, fue un poco doloroso escuchar siendo una persona de/con [la identidad que tienes]. ¿Estarías abierto a una conversación sobre esto?”
La intención importa. por lo tanto, escuche las opiniones de la otra persona
Una vez que esté en igualdad de condiciones, es importante escuchar y considerar el punto de vista de la otra persona. Es importante aprender más sobre la intención real de la otra persona, en lugar de quedarse con sus propias suposiciones.
Para aclarar esas intenciones, escuche activamente y sea curioso.
También puede hacer preguntas específicas para comprender mejor la intención. Esto también puede ayudarlo a aprender más sobre dónde están las brechas reales entre sus creencias.
¿Su punto de vista se basa en la experiencia personal, o tal vez en la falta de ella? ¿Están al tanto de información que contradice su propia investigación? ¿Parecen abiertos a nueva información y muestran afinidad por el cambio?
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Recuerde que está tratando con otro humano
A lo largo de esta conversación, es importante recordar que se está comunicando con un ser humano real. Por eso es importante escuchar a los demás y entender su punto de vista. Los seres humanos tienen la capacidad de cambiar y mejorarse a sí mismos.
Por otro lado, la exclusión puede conducir a puntos de vista más extremos. Si la otra persona se siente alienada, puede terminar buscando y encontrando a otras personas que la escuchen y estén de acuerdo con sus puntos de vista.
Esto nos aísla aún más unos de otros y crea opiniones polarizadas.
Está bien utilizar el humor, a veces
Puede parecer contradictorio, pero el sentido del humor puede ayudar enormemente en la defensa social. El humor nos permite ser humanos, desarmar a los demás y salvar las apariencias. Llama a la gente y no asume una intención negativa.
Dicho esto, esto es algo que solo puede practicar si se siente cómodo y seguro con las personas con las que interactúa. Evalúe con quién puede usar el humor como herramienta y asegúrese de que lo ayude a avanzar en la conversación, en lugar de insultar o degradar a la otra persona.
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No tenga miedo de pedir ayuda
Piense en las personas en posiciones de liderazgo que se preocupan por los mismos problemas. ¿Puede pedirle consejo a su jefe sobre cómo seguir adelante? ¿Hay algún líder en su departamento que esté más cerca del CEO, con el que pueda conectarse? ¿Hay gerentes sénior en otros departamentos que se alineen con sus valores y con quienes se sienta cómodo buscando retroalimentación sobre cómo avanzar?
Una vez que tenga dos o tres personas con las que se sienta cómodo acercándose, organice una reunión y explique cómo se siente acerca de la situación dada.
Piense en usted mismo como un defensor de la causa y exponga cómo tomar ciertos pasos ayudaría a la empresa, a sus líderes y a sus empleados.
Evelyn Nam
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