Los miembros de la Generación Z se incorporan al mercado laboral con un sentido de la confianza, la dirección y el empoderamiento que contradice su edad. Esto plantea retos a las empresas que intentan contratarlos y retenerlos utilizando estrategias desarrolladas para generaciones anteriores.
Ya no sirven las viejas reglas.
Antes, el salario, los beneficios y las oportunidades de ascenso eran las consideraciones primordiales para los trabajadores jóvenes, pero la agitación de la pandemia del covid-19 ha ayudado a la ‘Generación Z’, nacida entre 1997 y 2012, a cristalizar nuevas prioridades. El bienestar holístico, el activismo social y medioambiental y la realización personal encabezan su lista de valores que impulsan el compromiso en el lugar de trabajo, según un nuevo estudio de Oliver Wyman Forum y The News Movement.
Los miembros de la Generación Z dicen que trabajan para vivir, y no al revés, según la investigación, basada en encuestas y entrevistas, incluido un estudio de 10,000 personas en Estados Unidos y el Reino Unido. Quieren empleos que les proporcionen realización personal o les dejen tiempo para buscarla fuera del trabajo. También quieren prestaciones sociales que favorezcan el bienestar integral y la inclusión. Si estas cosas no se materializan, no es probable que se queden: el 62% de los trabajadores de la Generación Z encuestados dijeron que están buscando nuevos puestos de trabajo de forma activa o pasiva.
Envalentonados por las redes sociales, estos nativos digitales están dando a conocer sus demandas, y sus voces no harán más que crecer a medida que los miembros más jóvenes de la Generación Z se incorporen al mercado laboral en la próxima década. La Generación Z representa más de una cuarta parte de la población mundial; en 2025, esta cifra aumentará a un tercio.
Los empleadores deseosos de seguir siendo competitivos en un mercado de talentos con normas que evolucionan rápidamente deben ajustar su contratación, beneficios y prioridades, así como su propia definición del trabajo. Los conceptos de lealtad, transparencia y realización personal están cambiando rápidamente. Quienes no comprendan estos cambios sísmicos tendrán dificultades para atraer a los mejores trabajadores.
Saben lo que vale
Para la Generación Z, la transparencia en el lugar de trabajo es imprescindible. Más del 40% de los adultos jóvenes encuestados afirman que las empresas no hacen un buen trabajo a la hora de mostrar los salarios, el 38% dice que las descripciones de los puestos de trabajo son vagas y casi un tercio dice que los plazos de contratación no están claros. Para combatir estas deficiencias percibidas, comparten información entre ellos en redes informales a través de las redes sociales, y los creadores de contenidos ofrecen a menudo consejos y asesoramiento para ayudar a sus compañeros a susurrar rangos salariales competitivos, comparar una oferta con otra y “saber lo que valen”.
Las empresas tienen poco que ganar si intentan mantener esta información en secreto; es probable que los candidatos la encuentren de todos modos. Destacarán las empresas que desmitifiquen el proceso de contratación ofreciendo estimaciones salariales y un conjunto más holístico de beneficios para los empleados.
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Hace valer su salario
La Generación Z considera el trabajo un acuerdo comercial: Hago lo que me pagan por hacer para tener tiempo de disfrutar de la vida o conseguir dinero extra con mi trabajo extra. El tiempo en el reloj debe ser significativo y productivo. Olvídate de reuniones innecesarias, falsos encuentros sociales y tareas extra no remuneradas. Están “actuando su salario”. No se van a hundir con horas extra no compensadas.
“Con las redes sociales y la tecnología, todo el mundo está al tanto de lo que hacen los demás”, dice uno de los entrevistados. “Sabes que si no quieres hacer algo, no tienes por qué hacerlo”.
Para los empleadores, el mejor planteamiento es capacitar a los trabajadores para que gestionen su propio tiempo y los resultados de su trabajo. Las evaluaciones deben basarse en los resultados, no en las reuniones presenciales. Reunirse en la oficina debe tener sentido. Puede fomentarse ofreciendo ventajas “convenientes”, como comida gratis y ayudas para sufragar los gastos de desplazamiento.
Flexibiliza sus opciones
Un salario competitivo no es suficiente. La Generación Z también quiere flexibilidad y diversas opciones de carrera profesional. Los más mayores entraron en el mercado laboral durante los cierres del covid-19. Se acostumbraron al trabajo remoto que les permitía reunirse con amigos o tomar clases de yoga entre llamadas de Zoom. Se acostumbraron al trabajo remoto que les permitía reunirse con amigos o tomar una clase de yoga entre llamadas de Zoom. No están dispuestos a renunciar a esa libertad. La gran mayoría, el 85%, quiere trabajar de forma totalmente remota o híbrida y dicen que dejarán las empresas que no les ofrezcan esas opciones. Como dijo un joven de 22 años: “Nunca jamás querría trabajar de nueve a cinco en un pequeño cubículo... Me encanta la flexibilidad de estar en casa”.
Los miembros de la Generación Z tampoco quieren carreras estereotipadas. Quieren más control sobre una variedad de trayectorias profesionales y la opción de acelerar y ralentizar. Las empresas deben ayudarles a crecer a su propio ritmo. Hay que dar a la gente más oportunidades y formación para progresar más rápido si lo desean, con estructuras salariales que reflejen la iniciativa extra.
Da prioridad a la salud mental
Los miembros de la Generación Z dicen que no se quedarán en una empresa si no se sienten apoyados psicológicamente. “Estaba afectando a mi salud mental, así que decidí marcharme”, dijo un antiguo empleado de almacén. “No sé cómo voy a conseguir dinero para pagar las cosas, pero sé que tiene que ser de una forma que me acomode”.
Dan mucha importancia a la salud mental. Valoran a las empresas que le dan prioridad ofreciéndoles prestaciones y beneficios específicos para la salud, como días “no pasa nada” para la salud mental, días de recarga y años sabáticos. De los que citaron el deseo de mejores prestaciones como una razón para dejar o intentar dejar su trabajo, el 53% de la Generación Z dijo que quería más tiempo libre remunerado, en comparación con el 40% de los mayores de 25 años. Y el 28% de toda la Generación Z dijo que los beneficios que les ayudan a lidiar con el estrés, como cabinas de siesta, salas de meditación y sillones de masaje, les incentivarían a ir a la oficina con más frecuencia, en comparación con el 18% de otras generaciones. Institucionalizar estos esfuerzos en toda la organización puede aumentar la lealtad y la productividad.
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Quiere un aprendizaje nivelado
La Generación Z teme no tener las habilidades que las generaciones mayores adquirieron sentándose al lado de colegas veteranos. El 42% de los que buscan un nuevo empleo buscan formación en liderazgo, trabajo en equipo y gestión.
Aunque muchos recurren a sus redes sociales en busca de ideas y mentores, también quieren otro tipo de formación. Más del 40% de los miembros de la Generación Z afirmaron que quieren programas de tutoría entre iguales, lo que subraya su deseo de comunidad y camaradería en un mundo repleto de aprendizaje a distancia.
Los miembros de la Generación Z tampoco tienen miedo de experimentar con el aprendizaje de diferentes habilidades a través de actividades paralelas. Casi la mitad tiene uno, principalmente por motivos económicos, pero a muchos también les apasionan estos proyectos y disfrutan de la conectividad que proporcionan. “Si no tienes algo aparte, te sientes excluido”, dice un miembro de la Generación Z que complementa su trabajo de finanzas de nivel básico con un trabajo en Uber.
Para satisfacer este deseo de aprender y reducir la necesidad de buscarse la vida, las empresas deberían considerar la posibilidad de incorporar a sus propuestas de valor proyectos complementarios estructurados e incentivados.
Consejos de despedida para los directivos
La Generación Z está transformando rápidamente el lugar de trabajo. Las empresas no pueden permitirse seguir con viejas estrategias o cambios lentos si les importa la productividad, la satisfacción y la retención. Los directivos de hoy no doblegarán a esta generación a su voluntad. Una mentalidad mejor sería la de la colaboración: experimentar, pedir opiniones y ver qué funciona. Eso es lo que la Generación Z valora y hace.
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