La política monetaria tomó el protagonismo durante la última semana e incrementó la volatilidad de los mercados financieros. La Reserva Federal está lista para comenzar a recortar las tenencias de activos del banco central a partir de mayo y preparada para subir los tipos 50 puntos básicos para frenar la inflación, según mostraron esta semana las actas de su última reunión y los comentarios de algunos funcionarios.
En la semana también se conocieron las actas del último encuentro del Banco Central Europeo (BCE), que desvelaron que algunos miembros del organismo estaban en marzo a favor de concluir, durante el verano europeo, las compras de deuda para aclarar el camino hacia una subida de los tipos de interés en el tercer trimestre.
La gobernadora de la Reserva Federal, Lael Brainard, dijo que la Fed aumentará rápidamente las reducciones en su balance a un ritmo “considerablemente” más rápido que la última vez que redujo sus tenencias en el 2017-2019. Un día después de que Brainard se mostrara partidaria de un endurecimiento de la política monetaria más agresiva, las actas de la pasada reunión confirman que esta idea es compartida por muchos de los funcionarios.
Según la información que se desprende del documento, los miembros de la Reserva Federal llevarán a la próxima cita el tema de la reducción del balance. La Fed prevé reducir las tenencias de bonos a un ritmo máximo de US$ 95,000 millones al mes. El grueso de este importe —unos US$ 60,000 millones— corresponderá a los bonos del Tesoro y los US$ 35,000 millones restantes a valores respaldados por hipotecas.
Por su parte, esta semana también se revelaron las actas de la última reunión del BCE. La institución se halla ante un enorme dilema sobre cómo afrontar el alza desbordante de precios en la zona euro desatado con la guerra de Ucrania y la división de opiniones es palpable en su Consejo de Gobierno. En la última reunión se acordó acelerar la reducción de las compras netas de deuda y se explicó que su finalización no tiene por qué suponer una subida inmediata de las tasas de interés.
Sin embargo, las actas de la reunión revelan que subyace un intenso debate y las dudas sobre cómo responder a la guerra desde la política monetaria. “Algunos miembros (del Consejo de Gobierno) prefirieron establecer una fecha final concreta para las compras netas de deuda de su programa de compra de activos durante el verano europeo y no condicionar su finalización a los futuros acontecimientos”, señalan las actas.
“Esto despejaría el camino para una posible subida de tipos de interés en el tercer trimestre a la vista del deterioro de las expectativas de inflación, según recoge el documento”, afirma Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo.
En este contexto, Falen considera que los mercados globales atraviesan momentos en que el sentimiento ha sido dominado por las expectativas de una Fed más hawkish, que llevaría al mayor ajuste monetario desde 1994. “Las tasas de interés continúan subiendo, los bonos cayendo y la curva invirtiéndose por tramos, generando presiones sobre tasas y temores de una recesión. Así, los principales bancos centrales del mundo tendrán la tarea de mantener el equilibrio entre controlar la inflación y el peligro sobre el crecimiento”, señala.