La recuperación mundial continúa, pero se enfrenta a múltiples dificultades. El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo en 0.5 puntos porcentuales su previsión de crecimiento para la economía global este año, de 4.9% a 4.4%, explicado principalmente por las rebajas del desempeño de Estados Unidos y China.
En el caso de Estados Unidos (de 5.2% a 4.0%), eso se debe a una menor probabilidad de aprobación del programa fiscal conocido como Build Back Better, el repliegue anticipado de la política monetaria extraordinariamente acomodaticia y las persistentes perturbaciones del suministro.
En cuanto a China (de 5.6% a 4.8%), la razón radica en la contracción del sector inmobiliario y el hecho de que la recuperación del consumo privado no se ha desempeñado de acuerdo con lo esperado. Dada la importante relación comercial entre China y la Eurozona, se redujo su crecimiento esperado de 4.3% a 3.9% para el 2022.
Por otro lado, el FMI ha revisado al alza el pronóstico de la inflación en el 2022 en las economías, tanto avanzadas como de mercados emergentes y en desarrollo, y estima que las elevadas presiones de los precios persistirán.
“Se presume —sobre la base de las expectativas de mejora de la oferta que manifiesta la industria— que los desequilibrios entre oferta y demanda se corregirán a lo largo de 2022, a medida que la demanda se aleje poco a poco de los bienes y se reoriente hacia los servicios, y que se vayan retirando las extraordinarias políticas de apoyo”, dice Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo.
Además, se prevé que los precios de la energía y de los alimentos subirán a un ritmo menos intenso en 2022, de acuerdo con los mercados de futuros. Suponiendo que las expectativas de inflación se mantengan ancladas, Falen considera que cabría esperar una moderación de la inflación en 2023.
“Los pronósticos están sujetos a la baja”, sostiene Falen. La aparición de variantes más letales del Covid podría prolongar la crisis. Asimismo, la estrategia de “cero casos” que ha adoptado China podría exacerbar los problemas que existen en el suministro mundial.
Por otro lado, si las tensiones financieras vistas en el sector inmobiliario chino se trasladan a la economía real, las ramificaciones serían amplias. La agudización de las tensiones geopolíticas y los disturbios sociales también plantean riesgos para el desempeño de la economía.