La invasión de Rusia a Ucrania ha derivado en aumentos de precios de bienes relevantes para la canasta básica como los granos, combustibles y fertilizantes. Ello repercute sobre todo en los segmentos de menos ingresos e impacta en la reducción de la pobreza, señaló Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB.
“Un hogar promedio, según un reciente estudio de Apoyo Consultoría, necesita ahora S/ 90 más para comprar la misma canasta de alimentos que en el 2020. Este es un incremento importante. El principal efecto nítido es la disminución en el poder adquisitivo de las familias y cómo lo enfrentan, en donde generalmente las medidas son drásticas para las de menores ingresos, pues reducen el consumo de bienes esenciales. En un inicio se esperaba que esto (guerra de Rusia) sea más corto, pero por ahora el escenario es que siga golpeando precios”, afirmó.
Cabe resaltar que, según reportó Credicorp Capital, si bien la economía rusa y ucraniana representan el 1.7% y 0.3% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, estos países mantienen un “peso” importante en la producción de materias primas. En el caso de petróleo y gas natural, Rusia tiene el 11% y 6% de la producción mundial. Ambos países representan el 26% de la producción de trigo, 50% de aceites vegetales y 14% de fertilizantes.
Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores, indicó que hay un claro efecto negativo en la pobreza por el recorte en la capacidad adquisitiva de las personas, debido al aumento en los precios.
Señaló que este podría ser uno de los años más adversos para las personas más vulnerables o de menores ingresos por estar expuestas a una economía con un crecimiento modesto a la par de un aumento en los precios.
Indicó además que la pérdida de poder adquisitivo de los segmentos de clase media, hace que la dinámica de la economía se vea mermada por el menor consumo de bienes más duraderos como ropa y electrodomésticos, entre otros.
“Se podría pensar en una reducción de la pobreza, pero esta sería solo marginal, todo ello por la combinación de efectos que se resumen en un bajo crecimiento, gran mercado informal y un aumento de los precios, que podría reflejarse en una inflación que llegue incluso a 8% este año de manera transitoria. Lo que se espera de la reducción de la pobreza también tiene explicación por las decisiones de política local, que no son las más acertadas”, agregó.
En el mismo sentido, Manuel Barrón, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico (UP), indicó que, al ser los hogares más pobres los que dirigen mayor parte de sus recursos a alimentos, son por lo tanto los más expuestos a este escenario.
“Sin el escenario de guerra posiblemente se podría hablar de una reducción mayor de la pobreza, pues se está en un proceso de salida de la pandemia. Este choque negativo en los precios perjudica el escenario de reducción en este indicador”, manifestó.
Cabe indicar que estimados de Videnza Consultores muestran que, luego de un 2020 con un nivel de pobreza monetaria del 30% de la población, en el 2021 este cifra se redujo a 26%.
Por otro lado, Falen y Odar, señalaron que un riesgo latente que puede impactar en la economía peruana, y con ello en la generación de empleo y pobreza, es la posible desaceleración de la economía china debido al nuevo aumento de contagios y medidas de confinamiento.
“La menor actividad y posible congestión portuaria pueden comprometer el suministro global, esto sería una ola adicional a lo que se está viviendo ahora. Por el lado del suministro podría impactar en los precios de manera importante. Por ahora no está dentro del escenario base”, indicó Odar.
En corto
El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) registró un promedio de 159.3 puntos en marzo del 2022, mayor en 12.6% al registrado en febrero del 2022. Este incremento llevó al índice a su mayor nivel desde su creación en 1990, según reportó el Banco Central de Reserva (BCR).
“Esto constituye una segunda ola de aumentos fuertes en los precios internacionales, luego de que la economía mundial había enfrentado ya aumentos importantes. Estamos en un escenario donde los precios internacionales de los alimentos son los más altos en los últimos 32 años”, indicó el gerente central de Estudios Económicos del BCRP, Adrián Armas.