El consumo con tarjeta revirtió su caída en julio (6.9%) -en línea con la reapertura gradual de la economía- después de mantenerse en terreno negativo por cuatro meses seguido. Sin embargo, este crecimiento mostró una ligera desaceleración en agosto (6%), principalmente en las últimas dos semanas de ese mes, por el retorno al confinamiento obligatorio los domingos y una normalización del ritmo de gasto, según un análisis del BBVA Research sobre este indicador (al 31 de agosto).
¿Qué se consumió? El gasto en supermercados, farmacias y suscripciones a entretenimiento tendió a moderarse las últimas dos semanas del mes pasado, después de ser muy dinámico durante el confinamiento.
Asimismo, se desaceleró el gasto en bienes y servicios para el hogar, por ejemplo alquiler, decoración y muebles, jardinería, lavandería, entre otros, que habían rebotado fuertemente tras levantarse la cuarentena (julio).
En otros rubros, donde se empezaba a desacelerar la caída del consumo con tarjeta, se estancó el gasto el mes pasado: combustibles, transporte público y taxi, y moda y belleza. De hecho, todavía se mantiene muy por debajo del nivel del 2019, con caídas que superan el 40% en la última semana del mes pasado, respecto a similar periodo del 2019, reveló el “Análisis del impacto del covid-19 sobre el consumo con datos en tiempo real”, del BBVA Research.
Y, en el caso de las compras con tarjeta en tiendas por departamentos, en las últimas semanas de agosto volvió a terreno negativo. Este tipo de gastos registró un pico en el inicio de la fase 2 de la reanudación (cuando se permitió esta actividad).
Participación
Cuando se mide el porcentaje de participación de los gastos respecto al total de compras, se mantuvo el aumento de la participación del gasto de bienes y servicios para el hogar (en enero representó 7% del total; hoy llega a 13%).
En tanto se estancó la normalización del porcentaje del gasto en alimentos (en enero representó el 29% del total; pero hoy llega a 35%, después de un pico en abril en medio de las compras de pánico por la cuarentena iniciada a mediados de marzo).
Sin movimiento
Si bien se dio la reanudación de actividades desde mayo y el Perú reinició operaciones hasta la fase 3, todavía no se dio luz verde para la fase 4 (que en buena cuenta incluye aglomeración de personas, por tratarse básicamente de servicios).
En este contexto, es lógico que el consumo con tarjeta en bares y discotecas, restaurantes, y pasajes aéreos se mantenga en negativo, cerca de -100%. Recientemente el ministro de Transportes, Carlos Estramadoyro, señaló que la cuarta fase podría iniciar el 1 de octubre, sin embargo, las ministras de Salud, Pilar Mazzetti, y de Comercio Exterior, Rocío Barrios, indicaron que no hay fecha prevista y dependerá de los informes vinculados a los contagios del covid-19.
“El gasto en sectores como turismo y entretenimiento se mantiene rezagado, debido a que estas actividades continúan con bajos niveles de operatividad”, remarcó el BBVA Research.
Efectivo. Los retiros de efectivo continúan por debajo de los niveles observados en similar periodo del año anterior (cayó 17.9% en agosto), pero se viene desacelerando su caída en los últimos meses.
En marzo, con el inicio de la cuarentena en quincena, los retiros de efectivo cayeron 22%, y en abril -cuando el aislamiento social obligatorio fue todo el mes- la contracción fue 45.1%. En mayo, con el inicio de la fase 1, que no incluía todavía el delivery ni compras en tienda, el retiro de efectivo retrocedió 43.5%. Recién en junio y julio, con las fases 2 y 3, es cuando
se ve una desaceleración más pronunciada de la
caída (-18.2% y -15.2%, respectivamente).