La incertidumbre que actualmente existe en el país por el proceso electoral que aún no termina, puede terminar afectado la economía en el corto plazo, sobre todo a la inversión privada, pues no se conocen las medidas específicas que se tomarán a partir de 28 de julio.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene un panorama más claro de lo que puede suceder con el manejo económico, pues afirma que existe el compromiso, tanto de Pedro Castillo como de Keiko Fujimori, de mantener políticas y los marcos institucionales muy sólidos.
En el último documento sobre la revisión de la línea de crédito flexible que el FMI otorgó al Perú en mayo del 2020 por un monto de aproximadamente US$ 11,000 millones y es sujeto a una revisión anual, destacan que ambos candidatos han manifestado su intención de que el país mantenga las políticas que le han permitido lograr una solidez macroeconómica.
“Este compromiso se ha confirmado en conversaciones separadas con sus equipos económicos”, mencionó la entidad internacional. La revisión culminó el pasado 28 de mayo, días previos a la segunda vuelta electoral.
Este compromiso de mantener políticas macroeconómicas y marcos de políticas institucionales muy sólidos, sumado a una sólida trayectoria en el marco de políticas prudentes, hicieron que el FMI concluya que el Perú sigue cumpliendo con los criterios de calificación para acceder a los recursos de la línea de crédito flexible.
Compromisos a cumplir
El FMI detalló las políticas que deben mantenerse en el país y que son parte de los compromisos asumidos por los candidatos. Lo primero es que hasta ahora, la política fiscal de Perú se ha guiado por la Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal, que establece topes para el déficit fiscal y la deuda pública, y ancla los marcos de política en torno a un marco fiscal de mediano plazo bien definido.
Asimismo, la política monetaria se basa en un marco de metas de inflación creíble respaldado por un régimen de tipo de cambio flotante. La supervisión del sistema financiero es eficaz y se basa en un marco regulador y de supervisión sólido.
Se afecta inversión
El FMI espera que la actividad económica en Perú se recupere este año, estimando que el 75% de la población peruana se vacunará hasta enero del 2022. De esta manera proyecta que la economía crecería en 8.5% este año y 5.2% en el 2022.
Para el mediano plazo, estima que el crecimiento del PBI real convergerá al 3.25%, el cual estaría un 9% por debajo de las proyecciones prepandemia. Esto se refleja con el cierre de empresas, la pérdida de empleo y la reducción de las inversiones.
Asimismo, considera que la recuperación en el mercado laboral tomaría tiempo y la brecha de producción negativa para el 2021 y 2022 mantendría la inflación dentro del rango meta.
“Las perspectivas son muy inciertas y los riesgos siguen siendo elevados”, detalla en su informe y añade que “una mayor incertidumbre política y malestar social también podrían afectar la inversión privada a corto plazo”.
En el frente interno, afirman que contener el último brote de covid-19 ha sido un desafío, que podría agravarse aún más por las próximas temporadas de clima frío si no se acelera el despliegue de la vacunación.
Perú tiene necesidad de financiamiento de 5% del PBI
El FMI estima que a mediano plazo el Perú requerirá una mayor movilización de ingresos para satisfacer sus mayores necesidades de gasto.
Señala que la presión tributaria es baja en relación con sus pares, y que la pandemia ha expuesto presiones presupuestarias adicionales.
En ese sentido, menciona que la necesidad de financiamiento ha hecho que el endeudamiento del país se incremente, pero el FMI estima que la deuda pública se estabilizará en alrededor del 38% del PBI a mediano plazo
“Se espera que las necesidades de financiamiento bruto promedien alrededor del 5% del PBI durante el horizonte de pronóstico. Una proporción elevada de la deuda pública en manos de no residentes se destaca como el principal perfil de deuda riesgo, junto con riesgos moderados de requerimientos de financiamiento externo”, señala.
El estrés económico externo
El índice de estrés económico externo (ESI) para Perú se introdujo con la solicitud de acuerdo de línea de crédito flexible en mayo de 2020.
El índice se basa en cuatro variables que capturan las principales fuentes de riesgo externo para Perú: 1) La tasa de crecimiento de un promedio ponderado de los precios del cobre y el oro. 2) La tasa de crecimiento mundial del PBI. 3) El índice de volatilidad de los mercados emergentes. 4) El cambio en el rendimiento de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos.
Si bien el índice de estrés económico se vio afectado positivamente por los precios favorables de las materias primas y el repunte del crecimiento mundial a fines de 2020, se espera que se vuelva negativo durante los próximos 12 meses, según el FMI. El escenario refleja las proyecciones del crecimiento del PBI mundial, los precios de las materias primas y las tasas de interés de EE.UU., y supone que el índice de volatilidad de los mercados emergentes converja gradualmente a su promedio a largo plazo.
Cabe señalar que si bien el índice de estrés económico toma el crecimiento global como una aproximación de la demanda de exportaciones de bienes y servicios no minerales de Perú, la naturaleza del choque generado por el covid-19 implica que la demanda de algunas de las exportaciones peruanas, así como el sector turístico, continúen rezagados. El escenario adverso es ampliamente consistente con la realización de los riesgos globales a la baja relevantes para Perú.