Tras amagar cierta estabilización en mayo, las expectativas de los empresarios volvieron a deteriorarse, y con mayor intensidad, en junio.
Tales son las previsiones recogidas por el Banco Central de Reserva (BCR) en su encuesta de expectativas macroeconómicas efectuada a más de 300 de las principales compañías del país, realizada a fines del mes pasado.
Incluso el decaimiento de las perspectivas del empresariado se acentuó al grado que 10 de 12 indicadores de expectativas sobre la economía, su sector, el negocio que regentan, la demanda por sus productos, contratación de empleados e inversión menguaron en junio.
Más aún, todas las expectativas de las empresas a tres meses se encuentran ahora en zona pesimista(con menos de 50 puntos), pese a que hasta la semana pasada el Ministerio de Economía había asegurado que la confianza de los empresarios viene repuntando.
“El MEF analiza la situación, pero quienes la viven en carne propia, como la caída en ventas, son los empresarios, cuyo sentir recoge la encuesta del Banco Central”, afirma el socio director de Macroconsult, Elmer Cuba.
LEA TAMBIÉN: Fitch: Parálisis política y altas tasas afectarán ingresos de personas y empresas
¿Cuáles son las razones de la nueva caída de las expectativas empresariales?
El hecho de que las expectativas de corto plazo hayan retomado la senda descendente tiene como telón de fondo que los datos de actividades económica en abril, mayo y junio fueron decepcionantes y acuciantes para los empresarios que ven como sus ingresos por ventas aminoran conforme avanza el año, refiere el representante de Macroconsutl.
Para Cuba, son cuatro las razones principales que llevan a la confianza empresarial a apagarse nuevamente: la latente crisis social en el sur del país; la suspensión de la temporada de pesca por el Niño Costero; la inflación promedio anualizada del primer semestre, atenuándose pero aún elevada, por encima del 7.5%, y la política monetaria contractiva del BCR, que pese a ser acertada empieza a “morder a las compañías” (vía mayores costos de financiamiento).
“Eso lo viven las empresas y por eso sus expectativas son negativas”, enfatiza.
En tanto, el economista Juan José Marthans pone el acento en la percepción para los próximos tres meses, pues tiene un sesgo negativo que se marca desde hace dos años como resultado, principalmente, de la vorágine política y social, que incide en la inversión privada y mantiene en zozobra al empresariado.
“La inestabilidad originada por la clase política, que se refleja en la debilidad de los gobernantes, la falta de credibilidad de los congresistas y partidos políticos; en ese entorno, ¿quién va a invertir?”, inquiere.
LEA TAMBIÉN: Empresas ajustan presupuesto para duro segundo semestre
¿Profecía autocumplida sobre la economía?
En ese tenor, a Cuba le preocupa más que la expectativa de los empresarios sobre la economía a 12 meses haya caído drásticamente entre mayo y junio, de 56.3 a 51.2 puntos, lo que obedece “sobre todo a factores políticos, medidas populistas, un Congreso que al inventar feriados golpea a las empresas, todo lo cual a su vez se traduce en que más del 80% (de personas) en las encuestas no quiere que estas autoridades permanezcan”.
“Así, la crisis política muta hacia la economía, y por eso, en el horizonte de 12 meses, no hay cambios; hay desasosiego en los empresarios, que además están asustados por el Niño Global”, añade.
Cuba lanza, en este adverso entorno, una alerta: una ola de pesimismo nacional estaría surgiendo pues, pese a que un gran sector de la población cree que el Gobierno y Congreso seguirán hasta el 2026, no hay un acuerdo entre los poderes para introducir reformas que permitan crecer a mediano plazo.
“Lo peor es que resulta como una profecía autocumplida, pues si los empresarios piensan que no van a vender, no se invertirá y, entonces, no habrá crecimiento”, advierte.
LEA TAMBIÉN: Perú a la cola de Latinomérica: Economía solo crecería 1% este año
¿Qué pasará el resto del año en medio de la inflación e inversión debilitada?
Un más notorio deterioro de las perspectivas de la economía a tres meses en los sectores manufactura y construcción “refleja que todo lo que concierne a inversión o gasto duradero está complicado, lento y seguramente seguirá así el resto del año”, dice Elmer Cuba.
Agrega que la aún alta inflación de alimentos lleva a una recomposición del gasto familiar, en detrimento de sectores de bienes durables, como electrodomésticos y construcción.
LEA TAMBIÉN: Credicorp Capital recorta su proyección de crecimiento para Perú, los factores detrás del ajuste