(Bloomberg).- La venezolana Daniela Toledo sabía perfectamente qué pedir como regalo cuando su jefe se fue de vacaciones al Caribe. En lugar de un cartón de cigarrillos importados o una botella de whisky libres de impuestos, Toledo quería una barra de su desodorante preferido, que no había podido encontrar en su país.
Un complejo sistema de tipos de cambio oficial y no oficial, herencia de los catorce años de gobierno del difunto expresidente Hugo Chávez, ha dejado a Venezuela frente a una escasez de dólares y a las tiendas desprovistas de productos básicos, de papel higiénico a medicamentos.
"Fui a cinco comercios en Caracas y no pude encontrarlo", contó la joven de 27 años que trabaja en una fábrica, en una entrevista el 14 de agosto en la capital de Venezuela. "El único desodorante que encuentro no me sirve. Por eso, mi jefe viajó al exterior y me trajo el desodorante que uso siempre".
Una década y media de creciente control gubernamental de la economía y una política oficial que sobrevalúa el bolívar han puesto de rodillas a la industria privada venezolana y dejado a la nación dependiente de las importaciones.
La inflación anual llegó a 60.9% en mayo, la más alta del mundo, mientras que el producto interno bruto se contrajo 2.1% en el segundo trimestre, según la mediana de pronósticos de los economistas que consultó Bloomberg.
Mercado negroLas compañías pagan los productos extranjeros utilizando el dinero que distribuye el gobierno a tipos de cambio que oscilan entre sólo 6.3 bolívares por dólar y 50 por dólar.
El tipo de cambio del mercado negro es de 84 bolívares, más alto que los tipos oficiales, pero la mayoría de los venezolanos lo pagan para obtener moneda estadounidense.
Al gobierno se le está agotando el tiempo para implementar las reformas planeadas, que probablemente incluyan una devaluación, antes de que las elecciones parlamentarias de 2015 lleven a una parálisis política, según Barclays Plc.
"Le damos una ventana de oportunidad hasta mediados de septiembre", dijo Alejandro Arreaza, economista de Barclays en Nueva York, en una entrevista telefónica del 12 de agosto. "Después de esa fecha, Venezuela entrará en un nuevo ciclo electoral. Esto reducirá la posibilidad de hacer ajustes".
Mayira Hernández, portavoz del Ministerio de Economía de Caracas, no respondió los llamados telefónicos y un correo electrónico en los que se le pedían declaraciones.
Conforme al sistema actual, desarrollado a partir de los controles monetarios que introdujo Chávez en 2003, los importadores de alimentos y medicamentos pueden comprar dólares a un tipo de cambio de 6.3 bolívares.
Los fabricantes a veces pueden obtener un precio de 11 bolívares en las subastas semanales del gobierno, mientras que a los particulares y los importadores de productos no esenciales se les ofrecen montos limitados de unos 50 bolívares en una venta diaria.
El bolívar perdió alrededor de un 71% de su valor en el mercado negro desde que el presidente Nicolás Maduro, exconductor de ómnibus y líder sindical, llegó al poder en 2013 prometiendo profundizar el gobierno socialista de Chávez. La moneda no cotiza en los mercados mundiales debido a los controles del gobierno.
La creciente dificultad para encontrar dólares está obligando a los venezolanos a recurrir a los depósitos de distribución oficiales, donde hacen fila a la espera de conseguir productos subsidiados con billetes numerados que les dan derecho a comprar pollo congelado, arroz o aceite de cocina subsidiados.
Las filas son resguardadas por soldados con ametralladoras porque muchas veces los productos no alcanzan para todos. Al menos 43 personas han sido asesinadas este año en enfrentamientos causados en parte por la escasez de productos.
Economía que 'sufre'Venezuela tiene "una seria escasez de productos básicos, y esto no hace más que fomentar" los problemas, dijo Peter Lannigan, estratega para mercados emergentes de CRT Capital Group LLC en Stamford, Connecticut, en una conversación telefónica el 19 de agosto. "El valor del tipo de cambio es demasiado alto hoy en día y están sufriendo económicamente".
Toledo usó la tasa de mercado negro para calcular cuánto le debía a su jefe por el anti-transpirante de Colgate Palmolive Co., y le dio 240 bolívares para reembolsarle los US$ 3 que él pago en la isla de Aruba. A la tasa oficial, habría tenido que pagar 19 bolívares si hubiera podido comprar el desodorante en su país.
Fusionar los tipos de cambio implicaría hacer un sacrificio a corto plazo para obtener un beneficio a más largo plazo porque los productos que se importan hoy a tasas subsidiadas se encarecerían, según Barclays.
"Si no lo hacen, el año próximo tendrán una inflación de por lo menos tres dígitos y hasta cuatro dígitos", dijo Francisco Rodríguez, un economista venezolano de Bank of America Corp. en Nueva York, en una conversación telefónica el 8 de agosto. "El gobierno es consciente de que es contraproducente seguir por este camino. Sin embargo, tal vez no se dé cuenta de lo serio que es y de que tiene tan poco tiempo".
Venezuela, que tiene las mayores reservas de crudo del mundo, hace tiempo que se demora en divulgar las estadísticas económicas y todavía tiene que publicar los datos de inflación correspondientes a junio y julio.
Devaluación de la monedaMaduro ha pospuesto por lo menos en dos oportunidades la decisión de corregir la moneda desde el mes pasado, mientras que el periódico El Mundo informó el 18 de agosto que el vicepresidente Rafael Ramírez, líder de una facción del gobierno en relativos buenos términos con el empresariado, dijo que un sistema de dos tipos de cambio será adoptado "lo antes posible".
Bank of America espera que el gobierno fije un nuevo tipo de cambio de 20 bolívares por dólar para las importaciones esenciales y que mantenga un tipo secundario de unos 50 bolívares para productos no esenciales. Barclays dijo que Venezuela devaluará su moneda a 25/30 bolívares por dólar, mientras que Banctrust Co. predice un nivel de unos 30 bolívares, y dice que los precios aumentarán más allá de si el gobierno devalúa o no el bolívar.
"Cambiar a un tipo de cambio equilibrado tendría un impacto muy importante en los precios, y eso es lo que teme el gobierno", dijo Hernán Yellati, jefe de investigación de Banctrust, por teléfono desde Nueva York el 19 de agosto. "El miedo a la inflación en Venezuela es un miedo real".