Bolivia lidia con su peor crisis desde el llamado milagro económico, cuando en 2006 el gobierno del presidente socialista Evo Morales nacionalizó la industria del gas. Conductores realizan largas colas para comprar combustible.
El gas, el motor que movió la economía desde su nacionalización, perdió fuerza por la falta de inversiones en exploración.
A 2022 las exportaciones cayeron poco más del 50% con respecto a 2013, cuando alcanzaron su tope máximo. El país echó mano de sus reservas en dólares para mantener los subsidios al combustible que importa a precios internacionales.
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A mediados de junio, el gobierno de Luis Arce ordenó el envío de militares a las estaciones de servicio para evitar el contrabando interno o hacia Perú y Argentina.
Ante la caída de los ingresos del gas, el país -que la semana pasada se estremeció con un golpe militar fallido denunciado por el gobierno- tuvo que inyectar divisas al sistema financiero. El Estado boliviano llegó a tener en caja US$ 15,122 millones hace una década; sin embargo, el mes pasado esta cifra cayó hasta los 1,796 millones.
Gran parte del déficit de dólares se debe a la subvención que el Estado da a las empresas que importan diésel y la gasolina.
El analista energético e hidrocarburos, Álvaro Ríos, señala que en base a unos recursos que se descubrieron de gas natural en Bolivia, se optó por la demagogia y el populismo. “Lo que hemos hecho en 25 años es repletar las reservas sin tener nueva exploración. Entonces, el país está transitando muy rápidamente de ser un país netamente exportador de energía, con elevados impuestos y subsidios, esta transición ha hecho que Bolivia comience a importar y necesite mucho dólares, lo que está causando que los dólares se tornen escasos”.
“Bolivia tomó tres caminos equivocados, que le aconsejaría al Perú nunca aplicar: subir los impuestos demasiado, cuando se descubre un recursos; tornarse estatista y nacionalista, y creer que la estatal del petróleo puede hacer toda la actividad, incluyendo la exploratoria; y la tercera, no hay que tener subsidios por largo plazo”, sostuvo.
Para Ríos, los subsidios están llevando a Bolivia a la peor crisis económica energética.
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El impacto en Perú
El exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, comentó a Gestión que el problema de la escasez es la inestabilidad económica que causa. “Cuando se trata de países que en un momento tuvieron petróleo y exportaron, pero luego pasan a importar, la diferencia económica es pequeña, porque el costo de transporte del petróleo es bajo (...) pero, en el caso del gas, la diferencia de precio puede ser marcada. Eso va a afectar a Bolivia, afectó a Chile y afecta a todos los países que tienen que importar”.
En esa línea, advirtió que en el futuro -con las reservas probadas que tenemos- podríamos también tener problemas con el gas. “Hay escenarios que se han revisado donde se contempla que tengamos que importar gas, y que nos encontremos en la situación paradójica de que para cubrir demanda futura -a cuatro o cinco años- mientras que, por otro lado, estamos exportando”.
Puno y las opciones para Bolivia
Ante la crisis que vive Bolivia, los peruanos en Puno no podrán acceder más a combustible a menor precio, “se va a encarecer para ellos. Y, como hay mercado, quienes necesiten van a tener que pagar el precio”, indica Herrera Descalzi.
Sobre la posibilidad de que Perú exporte combustible al vecino país, mencionó que no lo ve posible, ya que para llegar a Bolivia el transporte tendría que ser por tierra, “lo cual es bastante caro”.
El exministro de Energía peruano menciona que Bolivia está cosechando los errores de varios años. “En Perú siempre han habido quejas de los precios de los combustibles, pero siempre se han tratado con precios reales; mientras que Bolivia, que aparecía como un país, comparativamente al Perú, con más reservas, ahora está en una situación muy difícil”.
La única manera de transportarles gas, sería como GLP, pero ello tendrían que tener una planta regasicadora, dice Herrera Descalzi. “Para una demanda pequeña uno puede manejarla con cisternas, pero con las dimensiones que ellos tienen no es posible”. Una solución, refiere, sería que importen desde Argentina, ya que están desarrollando el yacimiento Vaca Muerta, que tendrá disponibilidad de gas en los próximos años. “Ese gas debería satisfacer la necesidad de Argentina y permitirles exportar”.
Finalmente, Álvaro Ríos comentó que Bolivia ya importa GLP y casi el 85% de diésel y cerca del 50% de la gasolina. “Para el 2029 importará gas natura”.
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Editora digital. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, con especialización en periodismo. Experiencia en prensa escrita, digital y TV.
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