La plataforma de pagos Stripe ha elevado su valoración hasta US$ 95,000 millones en su última ronda de financiación privada, convirtiéndose en la startup más valiosa de Estados Unidos y la más destacada del sector de las fintech.
La startup con sedes en San Francisco (EE.UU.) y Dublín (Irlanda) casi ha triplicado su valoración, que se situaba en US$ 36,000 millones, y espera aumentar su presencia en Europa y posicionarse para una esperada salida a bolsa, según informó la compañía este domingo.
El nuevo capital, unos US$ 600 millones, ha sido captado a través de una “serie H” de financiación en la que han participado la Agencia Nacional de Gestión del Tesoro de Irlanda, las aseguradoras Allianz y AXA y los gestores de inversión Baillie Gifford & Co y Fidelity Investments.
La nueva capitalización servirá para apoyar los planes de expansión en Europa, una de sus regiones de más fuerte crecimiento con presencia en 31 países.
El consejero delegado, John Collison, aseguró que su intención es ampliar su presencia e inversiones en Irlanda, donde se encuentra su sede para Europa.
“Tanto si se trata de fintech, movilidad, comercio minorista o SaaS (software en la nube), las oportunidades de crecimiento en Europa son inmensas”, aseguró Collison.
Stripe destaca con su nueva valoración como la “fintech” más valorada del mundo, seguida de lejos por la aplicación de corretaje bursátil sin comisiones Robinhood, valorada en unos US$ 11,700 millones tras una reciente ronda de captación de capital de US$ 3,000 millones.
La empresa ha visto aumentado su negocio como pasarela de pagos online con la pandemia y el aumento del comercio online, con lo que ha acelerado sus inversiones en infraestructura para sostener su crecimiento a medio plazo.
Stripe ha comenzado a introducirse en el mundo de la banca con un acuerdo, anunciado en diciembre, con Goldman Sachs, Citigroup, Barclays y Evolve Bank para ofrecer servicios de banca digital.
Aunque la salida a bolsa parece algo inevitablemente cercano para Stripe, Collison aseguró el año pasado que no tienen prisas por cotizar públicamente y que se tomarán su tiempo en dar ese paso.