En un contexto global de restricción de inversión y desembolsos más selectivos para startups, estas empresas en Perú miran más allá de las rondas de capital —realizadas a cambio de participación o acciones— para obtener “oxígeno” financiero. Si bien la última semana se anunció la ronda de Prestamype por US$ 5 millones y la inversión de Citi en Rextie (por un valor no revelado), la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (Pecap) y otros actores del ecosistema emprendedor avistan el fortalecimiento de otras vías de financiamiento y la reformulación de estrategias.
José García Herz, presidente de la Pecap, señaló que la mayoría de inversiones en startups peruanas en el 2023 tiene tickets menores a US$ 1 millón y que no se observa alguna de más de US$ 5 millones. Hacia fines de año o del 2024, se espera que la tendencia cambie.
Aun así, en el presente ejercicio, estimó que la inversión total en estas compañías superará el registro del 2022 (US$ 87 millones), pero con impulso de la toma de deuda o préstamos. El año pasado, dicho instrumento representó el 28% del total y en el 2023 subiría su participación.
“El monto total entre deuda y capital —captado en rondas de inversión— será superior el 2023, pero con más énfasis en deuda. Si solo tomamos en cuenta el capital, probablemente no sería mayor que el año pasado”, comentó a Gestión, tras mencionar que las startups también buscan mejoras sus ventas y reducir costos a fin de generar más recursos propios para crecer.
Por su parte, Luis Arbulú, partner de Salkantay Ventures, confirmó que dos mecanismos de financiamiento están ganando participación. El primero es la deuda (que el primer trimestre del 2023 representó la mitad del total en América Latina), aunque no todas las startups podrían acceder a ella.
“La mayoría de startups no podrá levantar deuda porque son empresas en estadíos tempranos, no tienen activos ni flujos recurrentes o previsibles”, dijo a Gestión.
El segundo mecanismo es la ronda interna de los actuales inversores a cambio de alcanzar una mayor participación. Si bien precisó que estas operaciones no suelen anunciarse, indicó que sí terminan registrándose en la información de inversiones del sector.
Sin embargo, aclaró que las startups siguen prefiriendo el levantamiento de capital en rondas de inversión. Más allá de las vías de financiamiento, afirmó que estas empresas están reduciendo sus costos y personal a fin de hacer más sostenible el negocio de cara a una futura ronda.
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Menos apetito de las startups
García y Arbulú coincidieron en que hay un menor ánimo por ir a buscar capital. De hacerlo, advirtieron que enfrentarían condiciones menos favorables o requerimientos más altos.
“Prefieren concentrarse en ejecutar su plan de negocio y probar que pueden ser rentables en el corto plazo. Vemos a las startups postergando sus rondas. Es un asunto de oferta, pero también de demanda”, remarcó el presidente de la Pecap.
Así, Kristty Huamaní, directora de Marketing de Doctocliq, reconoció que decidieron suspender una ronda en el 2022, al observar una postura más cuidadosa de los inversores, y ganar un fondo de StartUp Perú 8G. Dicho capital les permitió apalancarse y alcanzar el punto de equilibrio en junio pasado, pero siguen evaluando vías de financiamiento.
“Si faltara más dinero, iremos a tomar una deuda pequeña, ya lo conversamos con el banco. Sería una segunda alternativa después de una ronda”, declaró a Gestión. Adelantó que esta podría realizarse en el primer semestre del 2024.
En tanto, Christophe Robilliard, CEO de Kashin, también afirmó que el foco actual de esta fintech de nanocréditos es llegar al punto de equilibrio antes que salir a una ronda de inversión. Para capitalizarse, ya han tomado deuda, pero no para financiar a la operación de la empresa, sino para el otorgamiento de dichos créditos.
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La orientación al B2B
Desde el año pasado, cada vez más startups de educación o edtechs han ido enfocándose en el segmento B2B (venta a empresas). Ahora, García refirió que emprendimientos de otros rubros como recursos humanos, logística, desarrollo del talento y salud se han ido afianzando en ese canal de ventas.
Así, destacó que las startups consiguen mayor estabilidad con contratos de tres, seis o 12 meses y clientes que no cambian tan fácil de proveedor si el servicio es relevante, en contraste con el canal B2C (directo al consumidor). “A menos que el producto se haga viral y crezca orgánicamente sin depender de gasto en marketing, el B2C es menos estable”, explicó.
Arbulú recordó que el foco de Salkantay Ventures con las startups de su portafolio apuntó desde el principio al B2B por su mayor predictibilidad de ingresos, a diferencia del B2C, que puede estar determinado por modas. Así, destacó que algunas fintechs también nacen orientadas a ese segmento.
No obstante, aclaró que el B2B no es un canal para todas las startups. “Dependerá del emprendedor, de la compañía y el producto”, anotó.
En el caso de Doctocliq, Huamaní mencionó que la creciente captación de clientes en el B2B les ha otorgado más facturación y estabilidad. En sus inicios, recordó que los clientes B2C (médicos independientes) contrataban su plataforma de gestión de citas, pero a veces no la probaban y terminaban cancelando la suscripción.
Robilliard, de Kashin, también destacó la estabilidad de los contratos B2B, en la medida que el servicio se convierta en irremplazable. En el rubro de “software as a service” (SaaS), advirtió que el producto alcanzó ganancias de 80% siendo un commodity, generando una competencia que terminó desinflando el negocio.
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Reevalúan expansión: foco en Perú
En medio de la restricción de capital en el mundo, García Herz refirió que las startups están replanteando su estrategia de expansión. Así, optan por solo mantenerse en sus actuales mercados o postergan la introducción de un nuevo producto para concentrarse en su despegue.
Si bien destacó que México sigue siendo un mercado atractivo para los emprendimientos peruanos por su tamaño y similitudes culturales, aclaró que también lo es para startups de varios países. Por ello, la competencia en el país azteca es creciente.
Por su parte, Arbulú consideró que las startups deben reevaluar sus prioridades. Si bien la apertura de un mercado puede tomar dos o tres meses, recordó que alcanzar la rentabilidad en un nuevo país puede tomar mucho más tiempo.
“Hay mercados relativamente desatendidos como Colombia y Perú. Para fintechs en B2B, Perú es de los mejores mercados del mundo, es suficientemente grande y desatendido”, anotó.
En ese sentido, Robilliard resaltó que Perú dejó de ser un “mercado de prueba”, como inicialmente era considerado por las startups locales para luego salir a México o Brasil, plazas de mayor tamaño.
“Ha cambiado la percepción. Ahora el objetivo es concentrarnos en hacer más sólidas nuestras cifras y Perú es suficientemente grande para probar eso. En el negocio de microfinanzas, Perú es de los mercados más grandes, no necesariamente se debe salir”, añadió.
De igual manera, Huamaní opinó que se debe evaluar mejor la salida a nuevos países, pues la consolidación de equipos puede tomar hasta dos años. “Nos parecía una locura ver la apertura de siete o cinco países en un año, cada mercado es una realidad distinta”, remarcó.
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CLAVES
- Suceso. La compra de Joinnus por Credicorp es el mayor suceso del sector de startups este año, refiere la Pecap.
- Deuda. BBVA, PFG, Altum y otras entidades compiten en la oferta de instrumentos de deuda para startups.
- Supervivencia. El 80% de startups desaparece y las actuales restricciones de capital aceleran dicho proceso, recuerda Salkantay.
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Bachiller en Comunicación Social (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Trabajé en radio y prensa escrita y, desde el 2013, soy redactor de la sección de Negocios del Diario Gestión.