Las startups latinoamericanas recurren cada vez más a préstamos con intereses elevados, a medida que los inversionistas de riesgo reducen sus inversiones de capital en la región.
La deuda representó cerca de un tercio de todo el capital de riesgo recaudado en el primer semestre, la proporción más alta registrada, según datos de Lavca, una asociación sin fines de lucro para la inversión de capital privado en América Latina.
Las startups están “desplegando la alfombra roja” para los prestamistas, dijo Gabriel Carbonelli, administrador de fondos para deuda de riesgo en Riza Asset Management en São Paulo, que financió 70 millones de reales (cerca de US$ 14 millones) el año pasado. “En los años anteriores, teníamos que salir activamente y explicar todos los detalles a las empresas. Ahora, vienen a nosotros”.
El aumento del financiamiento refleja cuán desesperados están los fundadores por dinero en efectivo y cuán reticentes son a aceptar acuerdos de acciones que reducirían drásticamente las valoraciones que recibieron sus empresas cuando el dinero fluía libremente y las tasas de interés eran bajas.
La medida marca un cambio dramático para una industria que recién empezaba florecer, con docenas de empresas de miles de millones de dólares, conocidas en el mundo de las startups como unicornios que surgían a la par de la atención de inversionistas globales, como SoftBank Group Corp, que construyó fondos dedicados para la región.
La inversión de riesgo ha disminuido a nivel mundial a medida que los responsables de la política monetaria elevaron las tasas de interés, pero el impacto ha sido agudo en la escena de empresas emergentes relativamente jóvenes de América Latina.
Si bien la deuda de riesgo se ha utilizado ampliamente en otros mercados, no se había visto en América Latina hasta que los inversionistas de capital comenzaron a reducir el flujo de inversión. En los 12 meses que terminaron el 30 de junio, las startups pidieron prestado cerca de US$ 1,000 millones, a menudo a tasas de interés mucho más bajas. Las inversiones de capital en la región cayeron a alrededor de US$ 3,000 millones en ese mismo período, tras reducirse de manera constante desde un pico a fines de 2021, según datos de Lavca.
“Las startups necesitan dinero”, dijo Freddie Goudie, socio y abogado comercial con sede en Miami en Foley Lardner, que ha trabajado en acuerdos de deuda. “Las fuentes de financiación se están agotando”.
La alternativa, dijo, es no obtener el capital y cerrar sus puertas en 12 meses.
Debido a la falta de opciones, las empresas se ven obligadas a aceptar términos y condiciones, como garantías retorno mínimo, compensaciones y aumentos de capital, además de los pagos de intereses elevados, dijo Goudie.
“Estamos hablando de empresas que tienen buenas ideas, pero no tienen modelos de negocios probados”, dijo Felipe Barreto, abogado de capital privado de Candido Martins con sede en São Paulo. “Los inversionistas piden garantías muy elevadas, dado que podría llevar a la bancarrota a su propia empresa si sus cuentas no están equilibradas”.
Este entorno acentúa la diferencia entre las startups que luchan por afianzarse y las que han establecido un modelo de negocio próspero, dijo Marcos Kantt, director financiero de Habi, una plataforma inmobiliaria residencial online colombiana que obtuvo el estatus de unicornio en 2022.
Habi recaudó alrededor de US$ 300 millones en líneas de deuda en los últimos 12 meses a tasas muy bajas, lo que le permitió crecer sin diluir aún más a los accionistas, dijo Kantt.
“No todo el mundo va a endeudarse porque sea su última oportunidad de sobrevivir”, añadió. “Muchos acudimos a la deuda porque es lo mejor para el negocio y para nuestros accionistas”.
El director ejecutivo de HCS Capital, con sede en Miami, Alex Horvitz, dijo que su fondo tecnológico ha cerrado operaciones de deuda de riesgo por valor de US$ 410 millones en los últimos nueve meses y ninguna nueva inversión de capital en Latinoamérica. En los nueve meses anteriores, el fondo había invertido cerca de US$ 20 millones de dólares en capital y ninguna deuda de riesgo.
HCS, que invierte en empresas emergentes de los sectores sanitario, financiero y de seguros en todo el mundo, cobra entre un 12% y un 16% de intereses, aproximadamente en línea con las tasas de referencia de la región.
“Era muy raro encontrar oportunidades de endeudamiento”, afirma Horvitz. “Empezamos a hacer deuda de riesgo hace sólo dos años y ahora entre el 25% y el 30% de nuestro capital es deuda de riesgo”.