Las inversiones en exploración y producción de crudo y gas en los países que no pertenecen a la OPEP, como, por ejemplo, Estados Unidos o Canadá, registraron en el 2020 una caída interanual de 29%, hasta US$ 311,000 millones, su nivel más bajo en los últimos quince años, y no se espera que se recupere este año.
Así lo afirma la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual, según sus más recientes estimaciones sobre la evolución del mercado mundial de crudo a corto plazo.
El desplome de los gastos en el sector, que fueron menos de la mitad del récord alcanzado en el 2014, cuando totalizaron los US$ 718,000 millones anuales, fue provocado en gran parte por “la destrucción de la demanda a raíz de la pandemia del COVID-19”, explican los expertos de la organización.
Para todo el 2021, calculan que “la inversión en exploración y producción en los países no pertenecientes a la OPEP se mantendrá sin cambios, en US$ 311,000 millones, ya que muchos proyectos se han retrasado o quedaron en suspenso el año pasado”.
Además, los productores del petróleo de esquisto en Estados Unidos “siguen demostrando disciplina de gasto”, añaden.
No obstante, admiten que en los últimos meses hay un aumento de la actividad que puede volver a impulsar la inversión “si el actual nivel de precios se mantiene hasta finales de año”.
“La constante recuperación de los precios del petróleo desde el segundo trimestre del 2020 ha conllevado un incremento del número de plataformas petrolíferas (operantes) en Estados Unidos hasta las 342 unidades al 30 de abril del 2021, casi el doble del mínimo de agosto del 2020”, indican.
Asimismo, las operaciones del petróleo de esquisto estadounidense en los pozos de fracturación hidráulica (“fracking”) han aumentado casi cada mes desde el mínimo de hace un año (mayo del 2020).
Aumento moderado de la oferta
La OPEP recuerda que “el descenso repentino y sin precedentes de la demanda de petróleo causado por el estallido del COVID-19”, llevó a los países productores de petróleo reducir su bombeo.
La OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, adoptaron hace un año un gigantesco recorte de su bombeo, de 9,7 mbd - cerca del 10% de la producción mundial- que han ido aliviando desde entonces de forma paulatina pero sin recuperar aún el nivel que tenían antes de la pandemia.
En total, en todo el 2020 la oferta mundial de petróleo disminuyó en una media de 6,4 mbd respecto al 2019.
Para el 2021, se vaticina un aumento moderado, en 700,000 barriles diarios (mbd), en los suministros de fuera de la OPEP, que se situarían así en una media de 63 mb, gracias sobre todo a una mayor producción de Canadá, Brasil, China y Noruega.
El informe precisa que entre las regiones en desarrollo, “América Latina seguirá siendo (en el 2021) el principal factor de crecimiento de suministro”, con un aumento interanual de 0,2 mbd debido principalmente a los planes del sector en Brasil.
Estas perspectivas están sin embargo sujetas a “incertidumbres, sobre todo en lo que respecta a los niveles de inversión”, se advierte en el documento.
La OPEP, por su parte, extrajo en abril 25.08 millones de barriles diarios (mb), 26,000 BD más que el mes anterior, y tiene previsto continuar abriendo los grifos, aunque de forma controlada, al menos hasta julio.
Tal y como confirmó en su última teleconferencia el 28 de abril, el grupo de 23 países apodado “OPEP+”, con Arabia Saudí y Rusia a la cabeza, aumentará gradualmente la oferta de crudo en 2.141 millones de barriles diarios (mbd) ente mayo y julio.
Demanda sin cambios
Con respecto a la demanda, la OPEP ha mantenido hoy sin cambios las estimaciones publicadas hace un mes: espera que este año el consumo petrolero del planeta aumente en 6 mbd, hasta una media de 96.5 mbd, lo que supone una recuperación incompleta del desplome en 9.5 mbd registrado en el 2020.