La industria de los viajes involucra un amplio ecosistema que con la pandemia se vio afectado, desde las aerolíneas hasta los salones VIP para la espera de vuelos en los aeropuertos.
“A nivel nacional tenemos las salas abiertas en un 93%, la única que está cerrada ahora es la de Cusco”, señala Enrique Seminario, director de Desarrollo de Mercado para Perú en Collinson Group, compañía dueña de Priority Pass.
Explica que, pese a su relevancia a nivel de tráfico de turistas, no era rentable operar allí con un aforo al 60% (desde el 15 de este mes se permite hasta el 80%) porque el tamaño de la sala ya era acotado. Pese a ello, Priority Pass se recupera más rápido en aeropuertos de provincias que en Lima.
“En las salas VIP del interior estamos al 65% (de recuperación) respecto al 2019. En el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez aún al 31%”, dice Seminario.
Agrega que al finalizar el 2022 se prevé la reactivación de las salas de provincia al 100%. Pero en Lima recién se verían mejores resultados en 2024.
Ello debido a que hay mayor demanda de vuelos domésticos. El Jorge Chávez recibía más público del extranjero.
Un problema constante -dice- es que al mes se cierran dos o tres salas en diversas ciudades porque las restricciones varían e impiden la operación.
Portafolio
Debido a los protocolos para viajar y los costos extra que genera, muchas personas evitan hacerlo. En esa línea, Collinson Group agregó nuevos productos a su portafolio.
“Tenemos uno de pruebas covid-19 (para los clientes de Priority Pass) que ya está en otros países y vamos a lanzarlo también en Lima”, anota.
También se creó una plataforma de fitness y se unió a un partner para poner a disposición cursos de idiomas.