El uso de tecnología en el mundo de las finanzas sigue evolucionando y una de las principales tendencias actualmente es el open banking. Este modelo se apoya en el uso de APIs (interfaz de programación de aplicaciones) para conseguir que los consumidores, de manera más eficiente, puedan compartir su información financiera, bajo su consentimiento, con terceros.
“Las instituciones financieras y las fintech de todo el mundo ya están aprovechando este acceso abierto a los datos para construir modelos de soluciones bancarias modernos y más inclusivos”, indica Pablo Viguera, CEO de Belvo en el informe The State of Open Banking in Latin America.
“Al permitir que la información financiera de una gama más amplia de fuentes fluya de manera fácil y segura entre diferentes aplicaciones y soluciones digitales que las personas usan en su vida diaria para administrar sus finanzas, es posible crear un sistema financiero más inclusivo”, detalla el documento.
Belvo pone el foco en el caso Latinoamericano e indica que la regulación avanza rápido en países como Brasil, México y Colombia, que ya se encuentran trabajando en el marco normativo para el open banking y se espera ver resultados en el 2022.
Argentina, indica el reporte, no tiene regulaciones oficiales para open banking aún. “El Banco Central de Argentina ha impulsado algunas iniciativas de diálogo sobre el tema. El BCRA y la Unidad de Inteligencia Financiera han incorporado algunas provisiones en sus regulaciones para promover el open banking, lo que incluye permitir a los bancos compartir información de los clientes a su solicitud y también la elaboración de legislación sobre el derecho de los consumidores a transferir su data”.
Chile, el país con mayor penetración bancaria en la región (74.3%), también está trabajando en una hoja de ruta para para proveer un marco para ciertos modelos de fintech, como las plataformas de crowdfunding.
“El gobierno también ha implementado la Ley de portabilidad financiera, una regulación que permite a los individuos y compañías a cambiar libremente de proveedores de productos financieros. Se trata de un paso previo al open banking”, indica el informe de Belvo.
Caso peruano
“Aunque Perú aún no ha establecido regulaciones específicas de finanzas abiertas, las instituciones financieras del país ya han estado compartiendo la data de los clientes desde hace tiempo”, indica Belvo.
“Las instituciones financieras remiten información al Banco Central cada mes para crear un perfil. Si se añadiera un componente de consentimiento del cliente, el Gobierno podría permitir que los usuarios decidan cómo esta información es compartida con terceros para acceder a su data a través de distintas aplicaciones”, considera la organización en su reporte.
Pese a la carencia de un marco legal para el open banking, Belvo considera que “el panorama del sector bancario está cambiando sin regulación estatal”.
El informe destaca el caso de Yape, del BCP, y la forma en que se abrió el servicio al público más allá de los clientes del banco. También el de Plin, resultado de la colaboración entre el BBVA, Interbank, y Scotiabank con el proveedor de servicios financieros YellowPepper.