El riesgo político seguirá siendo uno de los factores determinantes en el rumbo de la economía en la región durante el 2022, consideró J. P. Morgan Private Bank en un documento titulado Outlook 2022, Preparing for a vibrant cycle.
“En Latinoamérica, un posible giro populista podría tener serias implicancias negativas para la economía de la región”, indica el banco.
J. P. Morgan indica que hasta el momento se han dado resultados mixtos en las elecciones que se han llevado a cabo en medio de un elevado descontento hacia los gobiernos debido a su manejo de la pandemia y la crisis económica. En Perú, considera el banco, ganó una “alternativa populista”.
“Los candidatos de izquierda encabezan las encuestas preliminares de cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en el 2022 en potencias regionales como Brazil y Colombia”, indica el reporte publicado días antes de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, que ganó Gabriel Boric.
La consultora Eurasia Group, a mediados de diciembre, indicó que el izquierdista Gustavo Petro, senador de la República de Colombia, era el candidato que más se había beneficiado de las demandas de cambio y a la vez el mejor posicionado hasta ese momento para alcanzar un espacio en la segunda vuelta electoral prevista para el 2022.
“Sin embargo, su capacidad para ganar la presidencia dependerá de varios factores, entre ellos, si su oponente puede atraer votantes moderados y si está asociado o no con el establishment político”, indicó la agencia global de análisis político.
En el caso de Brazil, Eurasia Group indica que pese a la posibilidad de contar con un candidato a la vicepresidencia de corte moderado, ello no significaría que Luiz Inacio Lula da Silva abandonará sus propuestas de mayor gasto público o que esto significará que habrá una “barrera eficaz” en cuanto a política económica de resultar elegido presidente el representante del Partido de los Trabajadores (PT).
Prioridades
J. P. Morgan indica que a nivel global las prioridades de los gobiernos y los hacedores de política publica están cambiando. “Posiblemente los estímulos fiscales ya pasaron su pico y las propuestas de gasto de largo plazo ahora se centran en en infraestructura y otros proyectos”.
En Estados Unidos, destaca el banco, se planea gastar billones de dólares en infraestructura, sistemas de internet de alta velocidad y energías limpias, además de otras prioridades como salud.
El caso asiático es más heterogéneo. “El apoyo fiscal variará a lo largo del continente. Muchas economías en desarrollo aún tienen espacio fiscal, mientras que las desarrolladas ya han sido flexibles en este aspecto. China, el más grande impulsor del crecimiento en la región, parece que ajustará su política con la finalidad de reabalancear su economía lejos del sector inmobiliario”.
Finalmente, en el caso de América Latina, J. P. Morgan advierte que que los gobiernos están adoptando ajustes tras casi agotar el espacio fiscal para combatir la crisis. “La política monetaria también se está restringiendo en medio de elevadas presiones inflacionarias”.