Redacción Gestión

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¿Desde cuándo son socias en el estudio?SC: Costa + Herrera arquitectos, está conformado por un grupo de arquitectos jóvenes liderados por nosotras. En el 2007 realizamos nuestro primer proyecto juntas cuando aun trabajábamos para otras firmas, a partir del 2008 decidimos asociarnos y trabajar de manera conjunta.

¿Ambas son arquitectas?SC: Soy Graduada de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) con un Bachiller de Arquitectura, Especialización en Restauración y Colegiada por el Colegio de Arquitectos del Peru

MH: Soy graduada de Tulane University con un Bachiller y Maestría I de Arquitectura (Nueva Orleans, EEU).

¿También hacen trabajos de diseño de interiores? SC: Realizamos diseño interior en proyectos comerciales. Nos interesa generar identidades a través del diseño. Nuestro reto es crear ambientes llenos de sensaciones, usando referencias contemporáneas e históricas, contextos para ideas creativas.

¿Se han desarrollado más en el sector corporativo?MH: Actualmente venimos desarrollando varios proyectos comerciales, entre los que destacan dos restaurantes, un edificio de oficinas, una tienda gourmet, un local que contara con tienda y diferentes alternativas de comida.

El rubro comercial despierta nuestro interés, porque nos permite abordar caminos de diseño más conceptuales.

¿Cómo se construye una reputación en el mercado? SC: Es muy importante saber escuchar al cliente para buscar satisfacer sus necesidades y orientarlo adecuadamente en la dirección que creemos que es la correcta. Como arquitectos buscamos generar sensaciones a través de los espacios, intentamos tener aproximaciones diferentes en cada proyecto, esto lo logramos a través de investigación específica (histórica, de estilo, identidad, etc). Evitamos formulas rígidas.

¿Cómo se consiguen clientes como Pedro Miguel Schiaffino, dueño de Malabar y ámaZ? MH: Con Pedro nos unía una relación de amistad, cuando surgió el proyecto de ámaZ empezamos a trabajar en paralelo en la remodelación de Malabar.

El restaurante amaZ fue un proyecto que nos permitió desarrollar una propuesta de diseño que si bien es moderna a la vez tiene referentes amazónicos tradicionales, fue un proyecto que requirió una investigación previa en busca de un resultado conceptual.

Los proyectos de este tipo traen mucha satisfacción personal, por ejemplo ámaZ fue finalista el año pasado en el Shortlist de "Restaurants & Bar Design Awards".

¿Dónde es más posible ser más creativo: en una casa particular o en un proyecto corporativo?SC: Los proyectos corporativos suelen ser más conceptuales, en el rubro residencial si bien también exploramos diferentes conceptos de diseño, la búsqueda va más por el confort y tranquilidad que creemos debe tener la casa como refugio de cada individuo. En cambio en el caso de los proyectos corporativos uno puede tomarse la licencia de jugar con la marca y sensaciones diversas que se quiere transmitir al usuario.

¿Los restaurantes han incrementado su deseo de dar un espacio más creativo? MH: Si, totalmente, el reto está en que cada proyecto tenga una toma de partido diferente.

En el caso del "Chifa Titi", era un chifa tradicional, el reto estuvo en acondicionar un local que contaba con gran acogida y debía mantener la misma distribución. La nueva propuesta le dio un carácter contemporáneo a través del uso de referencias históricas de diseño tradicional oriental. En este proyecto fue muy importante la relación que se tuvo con el cliente, saber escuchar sus sueños y expectativas para canalizarlos hacia un resultado adecuado: un ambiente renovado, que además conservo algunos elementos como referentes del local original.

Actualmente venimos desarrollando un Restaurante Osaka de 400m2 que se ubicara en un edificio corporativo.

¿Qué otro rubro comparte esa inquietud creativa?SC: El rubro hotelero y de entretenimiento.

¿Cuánto tomo diseñar e implementar este tipo de restaurantes?MH: En la mayoría de casos, sin importar la escala del proyecto, el concebir una idea, generar una identidad y aterrizar un anteproyecto/proyecto toma como promedio seis meses.

En cuanto al tiempo de implementación, cada proyecto es un escenario diferente. En el acondicionamiento de Malabar como era un local en funcionamiento se realizo en varias etapas, primero se cerró el local por una semana para el mejoramiento de los baños, en una segunda etapa que duro 3 semanas se realizo las mejoras del salón.

SC: En el caso de ámaZ al ser un proyecto nuevo, se tuvo mayor tiempo. Nos convocaron cuando el edificio estaba aún en construcción, eso nos permitió viajar a la selva con Pedro Miguel Schiaffino y el grupo de inversionistas, nutrirnos de inspiración y armar todo el concepto del local. La obra duro alrededor de cinco meses.

¿Cuánto cuesta implementar un restaurante de autor?En el caso de un restaurante de autor la implementación de cocina y equipamiento del local suele ser costosa, y a eso hay que añadir la ambientación del local, la inversión depende mucho de la cantidad de metros cuadros y el tipo de local a desarrollarse, un presupuesto básico para un restaurante de autor en un local nuevo esta en el orden de los US$ 500,000. Siempre hay que estudiar bien el caso de cada proyecto, cada uno representa un reto independiente.