Goldman Sachs Group Inc. planea otra forma de mejorar los salarios de sus altos cargos a medida que crecen los incentivos especiales tras un año excepcional.
Primero fueron los aumentos de bonificación gracias a las ganancias récord, seguidos de concesiones únicas de acciones para su grupo de socios exclusivos. Ahora, una treintena de los máximos ejecutivos de ese club recibirán una gratificación diferente y más lucrativa en lo que se perfila como el año más generoso del titán de Wall Street en más de una década.
Los nuevos incentivos en acciones se repartirán entre los miembros del comite de gestión de Goldman, su máximo órgano de toma de decisiones, según personas con conocimiento del plan. Los paquetes están diseñados para incentivar a los ejecutivos a permanecer más tiempo, poniéndolos en línea para obtener millones de dólares si las acciones del banco alcanzan ciertos objetivos, dijeron las personas.
Un portavoz de Goldman Sachs declinó formular comentarios sobre las nuevas compensaciones. Los nuevos beneficios se ofrecerán en lugar de la concesión de acciones garantizada por única vez que se ha presentado a otros socios, dijo una de las personas. Su estructura sería similar a la de los incentivos anunciados en octubre para el director ejecutivo, David Salomon, y su número dos, John Waldron, que no están incluidos en esta última ronda de incentivos.
Las medidas son una forma de que la empresa intente frenar las deserciones de sus directivos mientras Goldman obtiene ganancias récord de sus principales operaciones en Wall Street. Pero los crecientes costos de las compensaciones están comenzando a hacer reflexionar a los accionistas. Desde que la empresa publicó sus resultados anuales a principios de esta semana, las acciones han caído casi un 9% y los inversionistas se han centrado en un aumento del 33% en los gastos de personal.
En Wall Street, los directores ejecutivos de los bancos, como Jamie Dimon, de JPMorgan Chase & Co, y Brian Moynihan, de Bank of America Corp., están prometiendo recompensar a los empleados en medio de una mayor competencia por el talento. Pero, hasta ahora, ninguno ha parecido estar tan dispuesto como Goldman a abrir más sus billeteras para los ejecutivos de mayor rango.
El banco de inversión con sede en Nueva York ya había esbozado en privado sus planes para aumentar considerablemente sus bonificaciones, especialmente para el grupo de ejecutivos a cargo de las fusiones y adquisiciones, que aumentaron más que los de sus principales competidores. Se espera que la remuneración de algunos de los directivos más importantes de Goldman supere los US$30 millones. Y, como informó Bloomberg la semana pasada, está prestando especial atención a su 1% más alto, otorgando a los miembros de su clase de socios, el rango más alto de la empresa, premios especiales en acciones que agregarían millones de dólares a muchos paquetes de compensación.
Esto es en reconocimiento a un año excepcional: los ingresos aumentaron un tercio, y los US$21,600 millones de ingresos netos del banco fueron mayores que en los dos años anteriores juntos.
Sin embargo, justo cuando ese impulso se estaba consolidando, Solomon perdió a ejecutivos clave al frente de las operaciones más lucrativas, algunos de los cuales consiguieron empleos mejor remunerados en otras empresas. El antiguo jefe de banca de inversión Gregg Lemkau ahora dirige MSD Partners, de Michael Dell. El exjefe de gestión de activos Eric Lane ahora es presidente del gigante de la inversión tecnológica Tiger Global Management. Y, más recientemente, Stephen Scherr dejó el cargo de director financiero a fines de 2021.
En los últimos meses, los inversionistas están cada vez más preocupados por la situación de los bancos de inversión si el frenesí del mercado desencadenado por la pandemia disminuye. Las acciones de Goldman han caído un 18% desde su punto máximo en noviembre.
En una conferencia telefónica para comentar los resultados esta semana, Solomon y el nuevo director financiero, Denis Coleman, se turnaron para responder las preguntas sobre el aumento de los gastos en compensaciones, describiendo la necesidad de mantener un equipo ganador.
Cuando un analista le pidió que explicara los costos de remuneración, Solomon citó la “inflación de los salarios reales en todas partes” como una de las razones. El comentario levantó algunas cejas entre los veteranos de Wall Street, porque la inflación no suele ser un factor importante a la hora de fijar las bonificaciones, que generalmente son la principal variable de la remuneración anual.