El banco de inversión Goldman Sachs anunció este jueves que suspende sus actividades en Rusia, convirtiéndose así en el primer gran banco de Wall Street en anunciar una medida que ya ha sido adoptada previamente por numerosas empresas multinacionales.
“Goldman Sachs cierra progresivamente sus negocios en Rusia en cumplimiento con los requisitos regulatorios”, señaló en una breve declaración escrita. “Nos centramos en apoyar a nuestros clientes en todo el mundo para gestionar o cerrar sus obligaciones previas en el mercado y asegurar el bienestar de nuestra gente”.
La presencia de Goldman Sachs en Rusia no es significativa en sus cifras globales -US$ 650 millones en riesgo crediticio a fines del 2021, según la agencia Bloomberg- pero su salida es simbólica por convertirse en el primer gran banco en hacerlo, lo que podría provocar una cascada de movimientos similares de otras entidades, tal como ha sucedido con empresas de otros rubros en los pasados días.
La mayoría de bancos estadounidenses tienen una presencia modesta en Rusia, y entre todos ellos destaca Citigroup, que tiene 3,000 empleados en sus oficinas rusas y a fines del 2021 tenía US$ 9,800 millones en préstamos, activos y capital de riesgo.
Ayer, Citigroup dijo que está “evaluando” sus operaciones en Rusia “sobre una base más limitada”, pero precisó que están “apoyando a los clientes corporativos, incluidas muchas empresas multinacionales estadounidenses y europeas a las que estamos ayudando a suspender o cancelar sus negocios”.
Ayer, el Kremlin acusó a Estados Unidos de declarar “una guerra económica” contra Rusia -en referencia principalmente al veto al petróleo y el gas ruso anunciado por el presidente Joe Biden- y su portavoz Dmitry Peskov afirmó que “esto hace la situación muy difícil y nos obliga a pensar seriamente (en las consecuencias)”.