A lo largo del 2020, la industria de derivados de cannabis para uso medicinal en el Perú ha mostrado dinamismo: más de 25 empresas han obtenido licencias de importación, cerca de 30 farmacias o boticas cuentan con autorización para comercializar estos productos y existen 34 solicitudes de registro sanitario pendientes en Digemid (aunque solo cuatro han sido aprobadas).
En octubre pasado, por primera vez, empezaron a ofrecerse fórmulas magistrales de cannabis en una farmacia privada. Y si bien aún la industria es relativamente joven, existe un potencial importante.
“Hay empresas internacionales que consideran al Perú como un mercado que ofrece un legislación positiva para el desarrollo de la industria y que además cuenta con un alto potencial en términos de la cantidad de pacientes que se pueden tratar”, comenta Erwin Henriquez, analista de Euromonitor.
Esto último, afirma, permitirá a las empresas la posibilidad de crecer con cierta rapidez. “Cuando hablamos de Perú, recién se están empezando a vender estos productos y a otorgar prescripciones. Hay potencial, pero no es que de la noche a la mañana vamos a tener un mercado significativo”, indica Henriquez.
Es por ello que desde Euromonitor consideran al mercado peruano como uno de desarrollo a futuro, a diferencia de países como México, Colombia, Brazil y Chile, que ya vienen consolidándose.
Entre las empresas internacionales dedicadas a la producción de cannabis para uso medicinal que ya ingresaron al mercado peruano se encuentran Spectrum Therapeutics, Khiron Life Sciences y Plena Global.
Estudio
Según el estudio The Evolving State of Global Cannabis, elaborado por Euromonitor, el tamaño global de la industria hoy está en torno a los US$ 30,000 millones y proyecta que para el 2025 superará los US$ 90,000 millones, impulsado principalmente por el sector de uso adulto.
Asimismo, el reporte indica que para el 2025, dos países de latinoamericanos estarán en el top 10 del mercado de CBD (componente no psicoactivo del cannabis usado para fines terapéuticos): Colombia (puesto 7) y Chile (puesto 10).
“Hay un carácter unificador en la región, y es que los consumidores latinoamericanos ven el cannabis como una medicina ancestral, que de cierta forma está conectado con las raíces de muchos países. La parte terapéutica está muy marcada”, indica Henriquez.
Es por ello que, en función a la accesibilidad, la demanda puede crecer rápidamente. Según ejemplifica el analista de Euromonitor, en Colombia tomó aproximadamente tres años alcanzar las primeras 1,000 prescripciones mientras que las segundas 1,000 tomaron un tercio de ese tiempo y las siguientes la mitad del plazo.
“Es este tipo de crecimiento exponencial es el que va a potenciar la industria en la región”, explica.
Agrega que se estima que en la Latinoamérica el 60% de la población padece algún tipo de dolor crónico. “Esto hace que la cantidad de pacientes potenciales sea muy grande y por lo general quienes tienen estas condiciones tienden a buscar tratamientos alternativos, como el cannabis”, concluye Henriquez.