Los bancos europeos están comenzando a desvincular a clientes que representan un riesgo climático para no tener que enfrentar la posibilidad de mayores exigencias de capital, según el organismo de control que supervisa el cambio.
Los bancos están aumentando los precios, negando las solicitudes de préstamos, y dejando de lado a “industrias y, en algunos casos, clientes”, dijo Jacob Gyntelberg, director del departamento de análisis económico y de riesgo de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés).
Ya hay evidencia de que los bancos evitan ahora los proyectos de exploración de petróleo y gas, además del sector del carbón. La tendencia coincide con una presión creciente sobre la industria financiera por parte de reguladores e inversionistas para hacer la transición a sectores de baja intensidad de carbono.
Al mismo tiempo, los bancos también están reevaluando los sectores que se consideran como receptores del cambio climático, incluidas partes del mercado hipotecario, dijo la EBA.
Antes vista como una medida de último recurso, el desapalancamiento se produce cuando el sector financiero se enfrenta a requisitos históricos para abordar los riesgos ambientales.
Los legisladores europeos quieren desviar el flujo de capital de las industrias que contaminan, en medio de señales inequívocas de que el cambio climático ya causa efectos mortales y, como advierten los científicos, el tiempo se está acabando.
En un informe del lunes, Moody’s Investors Service advirtió que las pérdidas crediticias de los bancos podrían dispararse un 20% en el escenario climático más extremo. “Es probable que el riesgo climático tenga una gran influencia en la calidad de los préstamos de los bancos y, dependiendo de cómo se desarrolle el cambio climático y de la respuesta política al mismo, las pérdidas resultantes podrían ser sustanciales”, dijo Moody’s.
De cara a las conversaciones climáticas de la COP26 en Glasgow el próximo mes, se espera que los bancos brinden declaraciones más ambiciosas sobre la reducción de sus huellas de CO2 en las metas actualizadas de cero emisiones de carbono.
La EBA está trabajando con supervisores nacionales y la industria. Se está produciendo un cambio fundamental en la forma en que los bancos hacen negocios, y Gyntelberg dijo que su agencia ve algunas señales “alentadoras”.