La desconexión digital permite garantizar que se respete el derecho a la jornada máxima de aquellos empleados que estén realizando trabajo remoto, así como también se establece un límite entre el horario laboral y la vida personal. En el Perú, el 29% de las empresas ha realizado una medición del impacto del trabajo remoto en el equilibrio del balance de la vida y trabajo de sus empleados, según el estudio “Reinventando los Beneficios”, elaborado por Marsh.
Según disposiciones del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), desde hace aproximadamente un año la desconexión digital es un derecho en el Perú. A raíz de ello, desde inicios del 2021, cerca del 50% de las organizaciones en el país implementaron o se encontraban en proceso de implementación de políticas para el cumplimiento de este derecho.
Bajo el contexto de la COVID-19 y las estrictas medidas de distanciamiento social que se establecieron durante el primer año de pandemia, la desconexión digital se convirtió en una herramienta para poder equilibrar la vida personal y profesional de los trabajadores. Esta medida contemplaba que la desconexión digital para los empleados debería de ser por lo menos de 12 horas continuas en un periodo de 24 horas.
“El trabajo remoto ocasionado por la pandemia ha provocado que se intensifique y alargue el tiempo de conexión para el desarrollo de la actividad profesional y se pierda de vista el límite entre la vida personal y laboral”, señaló Akio Murakami, gerente central de Consultoría y Beneficios de Marsh Perú.
Los líderes de las organizaciones vieron la necesidad de comprender el impacto del teletrabajo en la vida personal de sus empleados. Para ello, el 80% de las compañías peruanas realizaron encuestas de percepciones, el 10% realizaron evaluaciones psicosociales, y el 5% ha realizado tamizajes de salud mental.
Esta medición representa aún un gran desafío para las empresas, sin embargo, permite determinar cuáles podrían ser las consecuencias de jornadas largas de trabajo para la salud mental de los trabajadores y cuál es su impacto en la productividad. En ese marco, el 74% de las organizaciones peruanas han establecido acciones de sensibilizaciones para sus líderes.
“Las empresas no deben de olvidar que el teletrabajo debe de ir de la mano con la comprensión de las distintas realidades de los empleados. Un ejemplo claro es el de las mujeres quienes suele asumir una mayor carga en las labores domésticas mientras trabajan y requieren del tiempo establecido luego de culminada su actividad laboral. Solo así se logrará el impulso del balance familia/trabajo”, añadió Akio Murakami.