Una inversión sorpresa de US$ 1,900 millones de Delta Air Lines en Latam Airlines Group probablemente incremente la competencia en América del Sur, en la medida en que la aerolínea estadounidense más débil en la región se une a la empresa local más fuerte del sector.
Delta, que tiene su sede en Atlanta, trató durante mucho tiempo de tener una mejor posición en el mercado latinoamericano, pero quedó rezagada tras United Airlines y American Airlines, cuya asociación con Latam le dio una cómoda ventaja.
El negocio con Delta separó a la pareja reinante.
El dominio en América Latina, un mercado de viajes que se espera que se duplique en la próxima década, ha sido muy disputado por las tres principales aerolíneas estadounidenses por una muy buena razón: ocho de cada 10 pasajeros de América Latina que viajan fuera de la región van a América del Norte, según el grupo sectorial ALTA.
Luego de su ruptura con Latam, que tiene su sede en Chile, American Airlines anunció rápidamente nuevos vuelos para el próximo año desde Miami a Chile y Perú, destinos donde los dos habían estado coordinando sus rutas con aprobación de los reguladores.
"Esto muestra que la asociación (American-Latam) finalmente terminó menoscabando la oferta", dijo Carlos Ozores, director de la consultora ICF. "No hubo competencia porque estos eran dos transportistas que coordinaban sus tarifas y funcionaban como uno".
American dijo que había "ampliado las rutas y bajado los precios" como resultado de su coordinación con Latam en Chile y Perú.
La fuerza de la unión de Latam y American finalmente condenó su alianza, luego de que un tribunal de Chile dictaminó en mayo que no podían ampliar su cooperación para los viajes a Estados Unidos.
Por el contrario, la histórica debilidad de Delta en la región se ha convertido en una clara ventaja, que le permite superar a los competidores sin enfrentar tanto escrutinio de los reguladores.
"American y Latam tuvieron una serie de superposiciones que crearon problemas", dijo a los inversores el máximo responsable legal de Delta, Peter Carter, el mes pasado. "Y simplemente es algo que no se da aquí".
Latam no quiso hacer comentarios.
Mucho más que Brasil
Delta intentó durante gran parte de la última década mejorar su posición en América Latina, invirtiendo en la empresa brasileña Gol Linhas Aereas en el 2011 y en Grupo Aeroméxico el año siguiente. En el 2016, hizo una oferta por Avianca Holdings, pero fue rechazada en favor de United.
En los últimos años, Delta se había visto frustrada con la asociación con Gol, que hizo poco por avanzar en Sudamérica fuera de Brasil. Latam y Avianca tienen ambiciones regionales más amplias y han invertido en aerolíneas nacionales fuera de sus mercados de origen.
Delta está en el proceso de vender su participación en Gol y redoblar su apuesta por Colombia, Chile y Perú, que representan un 45% de los viajes sudamericanos a Estados Unidos, en comparación con solo el 29% de Brasil.
Se espera que el tráfico aéreo en cada uno de los tres países se triplique entre el 2020 y 2040, según un pronóstico de la CAF, un banco de desarrollo latinoamericano propiedad de los países de la región.
Colombia incluso rivaliza con Brasil en viajes a Estados Unidos. El año pasado, 3 millones de pasajeros volaron entre Brasil y Norteamérica, en comparación con 2.7 millones entre Colombia y Norteamérica, según el grupo industrial mundial IATA.
También se espera que la economía de Colombia, que tiene una cuarta parte de la población de Brasil, crezca más rápidamente que la de su vecino.
"El principal mercado en el que queremos estar es Colombia", dijo Glen Hauenstein, presidente de Delta a inversores.
Latam ya tiene ambiciones allá. En mayo, anunció una inversión de US$ 300 millones en Colombia dirigida a desafiar al líder del mercado, Avianca, que se ha aliado con United y Copa Holdings en su propia apuesta regional.
Delta espera llegar a tiempo para cosechar los beneficios del trabajo preliminar de Latam.