El gigante petrolero Royal Dutch Shell anunció que sus activos se depreciaron entre US$ 15,000 millones y US$ 22,000 millones en el segundo trimestre por el impacto de la pandemia de coronavirus en la demanda y los precios de los hidrocarburos.
“En el segundo trimestre, Shell revisó sus perspectivas de valores a mediano y largo plazo y sus perspectivas de márgenes para reflejar el impacto de la pandemia de COVID-19”, explicó Shell en un comunicado.
Por tanto, agrega, ha revaluado sus activos tangibles e intangibles y pasará "gastos de depreciación de US$ 15,000 millones y US$ 22,000 millones tras impuestos en el segundo trimestre".
El grupo apuesta a un barril de crudo a US$ 35 este año, un precio que no permite generalmente a las grandes petroleras generar ganancias. Shell apuesta luego a un barril a US$ 40 el año próximo y US$ 50 en el 2022.
Los precios de crudo habían comenzado el 2020 en torno a US$ 60 antes de hundirse hasta territorio negativo en marzo y abril.
En el primer trimestre, Royal Dutch Shell había caído en rojo a raíz del derrumbamiento de los precios del petróleo, lo que lo condujo a reducir sus dividendos por primera vez desde los años 1940.